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«Confunde y reinarás». Lema del nuevo director general del IMTCF de Girardot

«Confunde y reinarás». Lema del nuevo director general del IMTCF de Girardot

Exactamente un mes tuvo que transcurrir para que Víctor Torres, el nuevo director del Instituto Municipal de Turismo, Cultura y Fomento de Girardot (IMTCF) me concediera un espacio en su agenda para una entrevista que dio casi a regañadientes y contrarreloj, ya que cada cinco minutos controlaba el tiempo como un gesto cercano a la grosería. 

Había decidido que el material que consiguiera lo publicaría como una entrevista; pero son tantas las incoherencias y ligerezas que merece poner en contexto los cuarenta minutos de charla.

Sé que en las últimas semanas ha sido un tema reiterativo, incluso por parte de Plus Publicación y mío como columnista, el del IMTCF, sabrán excusar. Pero no se puede dejar de lado un asunto que parece bizantino, pero que, en realidad, como lo señalé en una columna anterior, significa la acertada o equivocada administración del turismo, la cultura y el fomento de la casi ciudad. ¡Casi nada!

Escuchando a Víctor Torres en el Concejo de Girardot se puede llegar a creer que cumple con un guion muy bien diseñado. Pero cuando se empieza a hablar con él sobre los diferentes aspectos que implica la gerencia del IMTCF afloran algunos conceptos y posiciones que inevitablemente ponen a pensar si mañana no extrañaremos al anterior director general. ¡Y eso sí es mucho decir!   

Como primera medida llama la atención que el nuevo director se entronizara sin la compañía de un equipo de su confianza. Advirtiendo que no tengo nada en contra de los que hoy se encuentran, pero desde el punto de vista de él, que llega, no es demasiado coherente.

Aunque su respuesta fue menos coherente que su decisión. Dice que piensa «formar equipo» con la gente que encontró. Cualquier gerente conocedor del arte de formar sabe que es un proceso que demanda no menos de ocho meses; con algunas situaciones y condiciones que en este caso no facilitan su propósito.

Parece no entender que eso es lo que le queda precisamente en el cargo. Dentro de ocho meses será noviembre y, si aguanta la marea alta que se insinúa desde diferentes horizontes, estará ad-portas de comenzar a pasar hojas de vida nuevamente o recurrir a sus padrinos.

Es como si no le hubiera dicho el que lo contrató, o no lo hubiera indagado interesado en la empresa que iba a dirigir, que lo que menos tiene el IMTCF es tiempo de maniobra. La primera adquisición que llegó como director general lo dejó mal herido y sin aliento. Para no perder el estilo, lo que le sucede a Girardot con Lozano.

En donde también se le confunden los tiempos es con ANATO. Independiente a que este año se haya logrado un número importante de contactos gracias a la ingeniosidad que tuvieron contratando a un actor para que personalizara la figura de un boga, aún no se conocen cifras de la cantidad de personas contactadas por los dos operadores que asistieron al estand en Corferias, y mucho menos se habla del balance que económicamente trajo consigo la participación en la vitrina más importante del turismo en Colombia.

Porque con el respeto que deben representar los operadores turísticos, y este tema no es de su resorte, vender a Girardot desde el IMTCF como marca ciudad tiene que ser mucho más pensado y elaborado que decir, «estamos ofreciendo vivencias, estamos ofreciendo hotelería, estamos ofreciendo gastronomía, es lo que encontramos en Girardot, estamos ofreciendo el sol, estamos ofreciendo el río […]», como dice Víctor Torres.

Es una propuesta demasiado pueril e irresponsable, que demuestra el nivel de improvisación con el que se llega a un certamen de esta dimensión que visto desde lo financiero demanda un recurso importante del Instituto y del Municipio, que no debería ser despilfarrado en un concepto tan débil y elemental como el que expone el máximo jerarca del turismo de la casi ciudad sin las acacias.

En mi columna «ANATOmía del derroche» ya hablábamos de $169 millones, mal contados, que se habían derrochado en 9 días (durante el periodo del alcalde Lozano). Ahora hay que sumarle $32 millones de pesos del estand de este año, más otros valores que por los afanes inocultables del director no se pudieron conocer durante la entrevista.

Es decir, entramos a los $201 millones y la cuenta andando. ¿Y cuál ha sido el retorno de esa «inversión» en la economía de Girardot? Porque la evaluación de asistir a estos eventos tiene que ser cotejando números con números, ¿o acaso no es así como se gerencia?

Melgar aprovechó el certamen para lanzar la marca de café Tres Caciques; producto de los campesinos de la cordillera melgarense. Según María del Pilar Rubio López, secretaria de Desarrollo Económico y Turístico de Melgar (y que por cierto ha tenido continuidad en el cargo), ya se hizo la primera exportación de 250 libras a París (Francia).

Bien pudieron haberse evitado la molestia los tolimenses y haber ido a ANATO a promocionar su río Sumapaz, su gastronomía, su sol, su hotelería, como la marca ciudad que dice el director del IMTCF identifica exclusivamente a Girardot.

En cuanto a la transparencia con la que el director ha asumido el cargo, no hay que olvidar que en la sesión en el Concejo Municipal el pasado 28 de febrero afirmó que dentro de las escuelas de formación ofrecidas por el Instituto se encontraba la pre sinfónica. Pero minutos después señaló que estaba en la consecución de sus instrumentos.

¿Por qué mencionar una banda que no tiene instrumentos como si existiera? Nuevamente aparece una respuesta pueril y aparentemente inocente: «Porque quise ser un poco más arriesgado para decir, queremos tener de nuevo una presinfonica».  ¿Por qué no decirlo de entrada y no a través de mentiras, que si no se formula la siguiente pregunta, que no estaba en el cuestionario, hubiera quedado como una verdad absoluta?

Ya en el 2020 el Instituto había cancelado la suma de $9 000 000 por apoyo a las escuelas de formación en la disciplina de banda sinfónica. Entonces, ¿en qué año desapareció la sinfónica? ¿Quién lo explica?

Otro aspecto que no alcanza a ser claro desde lo administrativo es el tratamiento que le piensa dar a la deuda que Ser Regionales tiene con el Instituto. Este problema no viene de ahora, ya en el 2020 se firmó un primer acuerdo de pago, al que posteriormente le sucedió otro, que difícilmente tuvo cumplimiento. Y a pesar de ello, Víctor Torres considera conveniente empezar de cero como si las actuaciones anteriores no tuvieran validez.

Es como si cada vez que llega un gerente nuevo la historia del IMTCF empezara. En la actualidad por concepto de degüello y pesaje Ser Regionales le adeuda al IMTCF $340 818 560. Cifra no muy alejada de los históricos.

De la entrevista queda una tenue esperanza, una vaga ilusión que ojalá no termine en una bagatela. Como por alguna razón desconocida el coordinador de Turismo, Luis Jaime Hernández, ha sido inamovible en el cargo por años y años, a pesar de todos los contratiempos, desaciertos, fracasos de los reinados nacionales de turismo, Víctor Torres ha aceptado que traerá a una persona que conozca sobre el tema (en mis palabras), para que lo asesore. Así lo dio a entender: «Yo creo que en esa parte sí debemos aunar esfuerzos, sí, tanto desde la parte directiva como desde la parte operativa. Sí es necesario proyectar, por eso estamos planeando para saber qué tanto necesitamos y cómo lo vamos a lograr, y con quién lo vamos a realizar».

Es demasiado tiempo esperar un mes para una entrevista que al final demuestra que lo apreciado en las sesiones del Concejo, en donde el nuevo director general del IMTCF intervino, no fue fortuito. Es el producto de las capacidades profesionales del nuevo ejecutivo.

Lo lamento por todos. Pero sobre todo por los artistas y hoteleros de esta casi ciudad que pareciera que lo que ocurre con el IMTCF no les competiera o afectara.

Ha llegado un nuevo adorador de serpientes, pero esta vez con un discurso demasiado débil.

*Condecoración «Periodismo Vivo Antonio Nariño» 2023, Mejor Columna de Opinión.

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.