Columnistas
Como cangrejos y avestruces

Si Bucaramanga es la Ciudad Bonita de Colombia, ¿sería arriesgado asegurar que Girardot, desde hace muchísimos años, hace papeles para ser la casi ciudad más fea de Cundinamarca?
Es una pregunta que se soslaya por la mayoría de girardoteños, plantearla es casi una herejía o un agravio. ¡Pues no! Es un interrogante válido si realmente se desea hablar de progreso, acogiéndose a la antiquísima frase, «Una imagen vale más que mil palabras».
Se hace apremiante la pregunta porque no es un asunto estético ni de embellecimiento de rostro como erróneamente se traduce; en el trasfondo, no por ello sin importancia, está la relevante complejidad de lo social, de lo económico, y de la salud mental de sus habitantes; esto último debería ser prioridad para todos.
Inicialmente, permítanme tres minutos y medio para que escuchen a una microempresaria que desertó con su familia porque la casi ciudad, en mis palabras, la doblegó, la arrinconó, la mermó con su desorden.
Tengo una hipótesis: cuando un pueblo se atrasa debido a un mal gobierno, en nuestro caso su rezago no es de cuatro años, es inversamente proporcional al avance de los municipios vecinos que son su competencia turística.
Me explico: el desarrollo gradual de poblaciones como Ricaurte y Melgar (Cundinamarca y Tolima), en ciertos aspectos vienen equilibrando ventajas que antes colocaban a Girardot por encima de ellos.
Solo hasta este año Melgar implementó su sistema semafórico; el no tenerlo lo colocaba en desventaja con Girardot en seguridad vial, ya no aplica. En educación superior no existían universidades que la impartieran de forma presencial; la Escuela de Administración Pública (ESAP) lo hace de manera semipresencial y la Universidad del Tolima, a distancia.
El secretario de Educación de Melgar me informó hace unas semanas de la posibilidad de un convenio interadministrativo con la Universidad Piloto de Colombia para que incursione con Contaduría Pública, Ingeniería de Sistemas e Ingeniería Civil en modo presencial. Es decir, si se logra, en lo académico también se reduciría la distancia.
En espacio público han acortado distancias; sin poder decir que lo han solucionado, lo vienen recuperando lenta pero eficazmente; pero también cierto, con la anarquía sobre este tema en Girardot, es muy fácil marcar la diferencia.
En cultura hace años son superiores a la casi ciudad, hablando únicamente de los procesos que llevan las escuelas de formación artística y cultural que impactan positivamente en la niñez y la juventud melgarense. En turismo han realizado avances importantes con los que le compiten hombro a hombro a Girardot.
De Ricaurte, además de lo que anoté en mi columna Girardot, entre la liebre y la tortuga, solamente la construcción inicial de más de 9000 unidades de vivienda, más otras que siguen levantándose, influye a su favor en lo tributario y lo urbanístico. Calculo que cuando sea autosuficiente en servicios de buena calidad (entidad financiera, discotecas, restaurantes, centro comercial, clínica, etcétera), la casi ciudad va a sentir la pérdida de un importante consumidor. Viajar 45 minutos para llegar hasta la entrada de Girardot en época de puentes festivos será una desagradable anécdota.
En lo económico es evidente la decadencia comercial; resultado, entre otras razones, del bajo poder adquisitivo derivado principalmente del desempleo. No se conocen estudios adelantados por la Administración municipal y la Cámara de Comercio de Girardot diagnosticando el fenómeno y proponiendo estrategias para dinamizar la economía desde lo empresarial.
Las decenas de avisos anunciando, SE VENDE-SE ARRIENDA, debió alertar hace mucho tiempo a estas dos entidades. Quedarse con la única teoría de que es un coletazo de la economía nacional e internacional es una salida facilista sin asidero científico.
He hablado con comerciantes que señalan el alto costo de los arriendos; del valor de los servicios públicos; la «amenaza» de las Zonas de Estacionamiento Regulado (ZER); la inseguridad en sus propios locales, como motivos para cerrar puertas y reducir sus negocios, porque los costos superan exageradamente sus ventas, y por ende sus utilidades.
Según respuesta de la Cámara de Comercio de Girardot a un derecho de petición de Plus Publicación, pude establecer que entre el 2023 y aproximadamente los primeros cinco meses del 2024, han cerrado sus puertas 55 establecimientos comerciales: en el 2023 se matricularon 753 empresas y cancelaron su matrícula 844 negocios, hay una diferencia de 91 negocios clausurados.
En el 2024, al mes de junio, fecha en la que recibí la respuesta y deduzco que es fuente de la estadística entregada, se habían matriculado 217 empresas y cancelado su matrícula 181 negocios; arrojando una diferencia de 36 negocios abiertos. Si tomo, de manera arbitraria, los 91 cancelados en el 2023, con los 36 abiertos en el 2024, me encuentro con la cancelación de 55 negocios en aproximadamente 17 meses, lo que a simple vista es un decrecimiento en el sector comercial. La pregunta es: ¿hay estudios sobre el tema?
Reitero, falta la información del segundo semestre del 2024. A donde quiero llegar es, si con base en esta información, u otras, se realizan análisis y diagnósticos que favorezcan la dinámica económica de la casi ciudad.
Y cómo ignorar el tema de salud mental. Durante décadas se ha hablado de lo divino y de lo humano, menos de qué manera el desorden entronizado en la casi ciudad (basuras, chulos como marca ciudad, invasión del espacio público desbordado, abuso con el patrimonio arquitectónico, displicencia ciudadana y gubernamental, contaminación visual y auditiva) afecta el comportamiento psicológico de girardoteños y residentes.
Esta columna tiene segunda parte; publicaré una entrevista con la psicóloga clínica, Sandra Patricia Alea Jiménez, quien advierte que situaciones como el estrés, la depresión, altos niveles de ansiedad, afecciones en el aparato digestivo y problemas intrafamiliares, pueden ser el resultado de vivir en un lugar en donde comportamientos contrarios a la cultura ciudadana se han normalizado, y «no hay conciencia por el bienestar del otro».
¡Ah!, y lo olvidaba. Cuando en un municipio los colegios y las fábricas trasnacionales son reemplazadas por parqueaderos públicos, es momento de hacer un alto en el camino.
*Condecoración Periodismo Vivo Antonio Nariño 2024, Mérito a la Mejor Columna de Opinión.
*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.