Columnistas
Una vergüenza anunciada

Describir a Girardot en su presencia urbana, humana, sumados sus dirigentes, ofrece múltiples posibilidades, y de pronto la mayor dificultad es por dónde o cómo empezar, tratando de acertar en el orden que merece el desorden que presenta la ciudad.
Les comparto que gracias al XLIX Reinado Nacional del Turismo se evidenció en cuatro días, cuánto hemos perdido: una imagen como sede del segundo reinado más importante a nivel nacional, por donde se le mire hoy; estamos hablando de un mito, porque la realidad es otra, es un torpe y burlesco, en una palabra es un remedo, en donde a quienes se les encomienda la organización son de una fundación o empresa que tiene la «experticia» para venir a enseñarnos a hacer lo que hicimos bien durante 41 años. ¡Qué tristeza!
Los de la oficina de turismo quedan supeditados como mandaderos, pues deben atender las órdenes de dos señores no visibles y el alcalde. Este último como ordenador del gasto y él quería, por ejemplo, disfrutar de la presencia de Silvestre. No importando para nada los más de cuatrocientos millones que cobró. Y no vengan con la mentira que eso lo pagó la Licorera en su totalidad. El concierto de La Playa y el del Cantinazo en el parque Bolívar costaron más de seiscientos millones de pesos, y creo que me quedo corto. Costos que equivalen aproximadamente al 50% de la organización del reinado.
Señor contralor de Cundinamarca, buen día para usted y sus colaboradores.
Que ridículo desfile el de las candidatas en camionetas; que mal gusto y relleno como lo fue la visita a empresas locales que aparecen como copatrocinadores gracias a sus migajas.
Qué desfile de carrozas tan pobre. Ahora un señor publicista que hace avisos lo especializaron en carrozas. Comisionen a alguien que asista a las festividades en El Espinal, Ibagué, Neiva, Pasto, Barranquilla, Anolaima, etc., para que aprecien el buen gusto, la diversidad, la dimensión temática, el colorido, pero sobre todo el buen impacto y gratos comentarios que causan entre quienes disfrutan, esas sí, fiestas populares. Donde el disfrute tiene orden y estimula el compartir, con respeto.
En el caso del Reinado Nacional del Turismo, gran parte de la programación la considero un desafío por parte de las autoridades a la comunidad girardoteña, pan y circo.
Subestiman la ciudad, sus habitantes, visitantes, departamentos y candidatas participantes. Que mal ejemplo para jóvenes, adolescentes y niños, con la guachafita del “vale todo”. Agua, Maizena, espuma; embriagarnos y ahogar la vergüenza que causa el desorden por donde se mire.
Quien controla y autoriza la ocupación de la vía férrea a cargo de empresas cerveceras con sus casetas de gran dimensión, el reguero de carpas 4X4 con todo tipo de ventas y vehículos acondicionados como bares sobre la línea férrea. Me imagino que hubo coimas, porque en ningún lugar del planeta llega cualquier persona o mercachifle a montar su negocio donde le parezca. Pues eso solo pasa en el villorrio, y no vengan con el cuento de respetar y apoyar a las personas que optan por el rebusque.
Cualquier ciudadano desprevenido se da cuenta que el 90% de los vendedores son de afuera. Y súmenle vividores y habitantes de la calle, avivatos. Porque los niveles de inseguridad se elevan. ¿La secretaria de salud hoy tendrá las estadísticas de atención por urgencias en clínicas y hospitales?
Invadidos el parque de Bolívar, la carrera décima, la Casa de la Cultura y todo su entorno. ¡El tránsito vehicular que caos!
Esta administración presentará con gran orgullo en su informe final, que gracias a su gestión trajo un artista costosísimo, pero de su gusto personal.
Quien llegue para el próximo periodo, quien debe ser alguien diferente al mentor del actual. (Le impuso su propia cabalgata, habiendo jurado hace un año que no más cabalgatas, mientras él fuera alcalde. Que gran personalidad, qué carácter).
Por favor que el todopoderoso nos ilumine para elegir al que revalúe y reordene esta ciudad, nos está llevando el p…o el que sabemos.
*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.