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Una democracia a tientas

Una democracia a tientas

Es una hipocresía decir que la situación en Girardot de muchos aspectos en servicios públicos de suministros y de salud es satisfactoria. 

Es un horror lo que se vive casi a diario con los cortes inesperados de la energía eléctrica.  Problema que no es de ayer ni anteayer; ya es una momia sonámbula que desaparece y aparece en cualquier momento, destrozando electrodomésticos y aparatos eléctricos sin que el usuario pueda demostrar de manera contundente que su artefacto lo fundió un «bajón» de luz.

Tanto así que en la intervención que hicieron los emisarios del gerente de Enel-Codensa, David Felipe Acosta, el pasado 16 de noviembre en el control político adelantado por el concejo municipal, informaron que entre el primero de enero del 2017 y el treinta y uno de octubre de 2018, realizaron reconocimiento económico por la suma de «$2 410 000 pesos y reparado un total de 7 electrodomésticos por valor de $962 000 pesos».

Cifra irrisoria para la posible cantidad de utensilios eléctricos que se afectan sin que sus propietarios se atrevan a reclamar. Significa que el promedio mensual de reconocimientos económicos fue de $114 761 pesos; en cuanto a las reparaciones, cada tres meses hacen una de ellas, con un promedio de 45 809 pesos mensuales.

De tanta indignación represada por suspensiones imprevistas, daño en electrodomésticos y altos costos, se convino una reunión para el martes 20 de noviembre en las oficinas del concejo para redactar una carta que se enviaría a los entes de control.

Y si de Acuagyr se trata, no solo son las suspensiones repetidas que afectan a gran parte de la casi ciudad.  También hay que decir que los contratistas que hacen las obras civiles en los diferentes sectores del municipio son «chambones».  Y la empresa copartícipe por no revisar.

Ejemplos les voy a dar: Calle 19 con carrera 7°, esquina; realizaron un trabajo originado por una baja presión en el sector hace un mes; dejaron sobre el sitio un montículo que perfectamente amenaza la integridad física de cualquier motociclista que transite por allí.  Además, los elementos que utilizaron para impedir el paso, permanecieron prácticamente dos semanas tirados sobre la vía pública después de finalizada la «chambonada».   Solo las insistencias de los vecinos del sector lograron su compasión.

Pero aquí no termina la imperfección de sus trabajos.  Sobre la vía del estadio municipal, que va hacia Villa Alexander, hace más de cinco meses realizaron una obra sobre una carretera que se encontraba en perfectas condiciones.  Pues hoy en día, tres o cuatro meses después, se ha hundido convirtiéndose en un peligro inminente para motociclistas y un obstáculo propicio para estropear físicamente cualquier automotor.

Ellos también tuvieron su turno en el concejo municipal.  El martes 13 de noviembre por fin el gerente acudió a la cita.

Pero hasta ahora comienzo.  También el tema de la salud, como momia que se respete, tiene su sarcófago en donde ha dormido el sueño de los incapaces, los inoperantes, los negligentes, los paquidérmicos, los irresponsables.

También para ellos hubo.  El sábado 10 de noviembre reciente se desarrolló en el recinto del concejo el cabildo abierto.  Voces sentidas, con casos de salud de personas de todas las edades y condiciones sociales, denunciaron hechos atroces de negligencia médica, inexistentes en un Estado serio con sus instituciones y ciudadanos.

Por otra parte, el lunes 19 de noviembre el concejo municipal sesionó en la plaza de mercado con la finalidad de escuchar la problemática del sector. 

¡Prácticamente nadie asistió a ninguno de los diferentes escenarios en donde los mecanismos de participación ciudadana se activaron!

Solo aquellos que como de costumbre llegan a cada uno de los debates, sesiones, convocatorias, a exponer sus ideas y plantear soluciones.  Pero digamos la verdad, no son más de treinta; ¡y exagero!

En diez días, cuatro oportunidades de protestar ante quienes debería hacerse y como debe hacerse, se desvanecieron.

No aparecen los que desde sus cuarteles de invierno diariamente increpan, insultan, ofenden, amenazan, dictaminan, protegidos por las redes sociales.  Ejerciendo una democracia virtual...virtualmente inútil.

Solamente dos personas llegaron a la hora convenida, cinco de la tarde, a redactar el documento para enviar a la Superintendencia de Servicios Públicos por el caso de Enel-Codensa. Y no exactamente aquellos que vociferaron indignados contra la empresa. ¡No!  Eran dos personas que no pudieron estar en el debate de control político.

Ejercer una democracia a tientas es favorecer a los mercaderes de servicios públicos, alentándolos a que incrementen sus ganancias cabalgando sobre el lomo de los usuarios.

Hoy viernes, día en el que escribo esta columna, estará la Superintendencia de Salud.  ¿Cuántos llegarán?

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.