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Un país de particularidades

Un país de particularidades

Tratar de describir el diario vivir en Colombia, no debe estar supeditado a lo que se escucha o se ve en los noticieros o informativos radiales y de televisión nacional, regional y local.  Están marcadas las tendencias políticas, poderes económicos, apreciaciones personalistas egoístas y en muchos casos acomodados al gobierno de turno.

Ojo, estoy en el marco nacional, regional y local. Es por todos conocidos (eso creo), el dinero que mueven los poderes con destino a la publicidad de sus productos o programas de gobierno, en donde la contratación de la pauta lleva un valor agregado como contraprestación; la lisonja, lambonería y súmele el tapar verdades.

Muéstrenme uno que cumpla con los principios de “informar con objetividad”; de eso les hablan en la universidad a los que por allí pasan.  De los empíricos, menos se puede esperar, pues de los espacios que contratan con los medios hacen uso para subsistir, y son conocedores de poner en tela de juicio acciones, programas de gobierno o dificultades sentidas de las comunidades, para presionar al mandatario, secretario, o jefe de dependencia de turno. Con el propósito de que lo llamen e inviten a bajarle el tono y saludarlo por debajo de la mesa, u ofrecerle una pauta oficial.  Hasta ahí llega el defensor a ultranza de los derechos vulnerados de los ciudadanos.

Si lo anterior suena horrible, más feo se escucha cuando entrevistan a un expresidente, exgobernador, exalcalde, ¿y saben por qué?, pues, sencillo, lo escuchamos todos los días con los ex, no manejan el ex.  Entonces les preguntan: “Señor presidente Pastrana, señor presidente Gaviria, señor presidente Samper, señor presidente eterno… ¿qué opinión le merecen?

Y se despachan a descalificar, recomendar y sugerir sobre temas que no resolvieron cuando ocuparon la silla presidencial. Esa es Colombia, y lo mismo sucede regional y localmente. Es el único país del mundo donde a los ex, el periodismo los mantiene omnipresentes pidiéndoles conceptos sobre lo que se debe hacer en un tema o asunto.

Cuando don Sancho me pregunta, por qué algunas personas hablan de Locombia, yo le respondo: los colombianos saben de la podredumbre de que hacen gala los poderes, donde se empodera todo tipo de corrupción a todo nivel, y las comunidades siguen haciéndose las locas, como si no fuera con el pueblo. La pirámide en su base es cada vez más amplia y súper estrecha en su punta, donde tienen asiento los pocos que manejan a su antojo todos los sistemas y la concentración de la riqueza.

Por eso nos llaman Locombia; sigamos haciéndonos los locos, que lo que pasa hoy en día es en el vecindario, o vendamos el sofá.

No soy amigo de la violencia, y menos de los extremos. La situación que se vive en estos días a raíz de la protesta social recibió un desafío del gobierno y el Congreso, dándole aprobación en los primeros debates a leyes que benefician a corruptos, y otras que van en contravía de la cada vez más amplia masa que sufrirá los desajustes sociales y económicos con pasmosa velocidad.

Lo que deja en evidencia toda esta situación es que a los congresistas les importa un comino, ¿y saben por qué? Porque sus amigos se benefician inicialmente y es posible que para algunos de ellos a futuro estén preparando el terreno, por si caen en desgracia (presos).

El presidente invitó a Palacio a los señores Gaviria, jefe del liberalismo, y Vargas Lleras, jefe de Cambio Radical, para ofrecerles mermelada si sus bancadas apoyaban los proyectos de ley. Efectivamente así sucedió.  Lo que significa que pronto se entregarán cargos a alto nivel en el gobierno nacional, gracias a que por una vez dan muestra de que no tienen palabra y menos que defiendan los intereses de la comunidad.

El anterior panorama nos lleva a concluir que en Colombia, en el momento, existe una ausencia de legítimo liderazgo.  Queriendo significar con esto, personas que bajo esa condición, muestren conocimientos y procedimientos afines con el sentir de un pueblo maltratado, humillado y subestimado al máximo.

Líderes que la ecuanimidad les permita alcanzar altos niveles de aceptación, reconocimiento e irrestricto apoyo. Que con argumentos y acciones se les entregue las banderas del equilibrio social y económico que demandan los colombianos.

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Para los amigos girardoteños, un especial deseo porque a partir del año 2020 la nueva administración encuentre la ruta y marque un mejor destino para la ciudad.

Feliz Navidad y próspero 2020 para ustedes y sus familias.

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.