Columnistas
Todo es posible

Amables lectores, el 63.20% de las 87 305 personas habilitadas para votar, o sea, 55 177 ejercieron su derecho al voto. La pregunta es, ¿qué llevó a 32 128 «ciudadanos» a no participar? Es una cifra bastante interesante de abstencionistas en términos cuantitativos, porque cualitativos, vaya usted a saber.
Claro que se respeta la decisión personal de no hacer el pequeño esfuerzo cada cuatro años de expresarse a favor de x o y propuesta o candidato. Pero, también, absténgase de criticar a quienes unas mayorías eligieron para la alcaldía y concejo. Sus opiniones poco o nada significan frente a su pálida posición.
Felicitamos a todos y cada uno de quienes fueron a votar y valoramos la voluntad y actitud de quienes presentando dificultades físicas se hicieron presentes.
Nos espera el diseño, contextualización y viabilidad a través de un camino por recorrer en el Plan de Desarrollo de la próxima administración donde los insumos, esperamos, sean recaudados en ejercicios democráticos y participativos orientados a todos los sectores socioculturales de la ciudad.
No desconocemos las tareas por venir, si van a ser el reflejo más aproximado a la propuesta programática, más la suma de promesas de campaña.
Todos aquellos que de una manera u otra puedan y deban aportar a la solución, estar atentos a las convocatorias. Lo anterior porque pensamos y creemos en los ejercicios de mesas temáticas con orden, metodología y recopilación de aportes aplicables.
Si en más de una oportunidad escribimos que el futuro de Girardot «es incierto», también guardamos un optimismo frente a la juventud del alcalde electo, su fresca energía, los aciertos en las estudiadas, analizadas y consultadas decisiones a tomar. Él tiene experiencia en lo público, pero ojo, la administración pública es bastante compleja y aun más cuando de concentra poder en un ente territorial, en razón en que el poder en algunas personas obnubila, enceguece, actúan como si todos los deseos propios debieran ser atendidos; demanda obediencia, a veces incondicional; exigen una confianza que no retribuyen, presumen de estar exceptuados de las reglas que rigen para los demás.
Por Girardot, le deseamos y esperamos del señor alcalde electo, el más alto porcentaje de aciertos en la gestión a realizar y las decisiones a tomar en el día a día.
La ciudad merece recuperar la imagen perdida en el transcurso de los últimos 30 años. No será tarea fácil pero tampoco imposible de construir ese camino metro a metro para llegar en 4, 8 o 12 años, al fin de un gran comienzo que dignifique y posicione a Girardot en el sitial que merece.
Gracias a quienes rijan, trabajen y luchen por el mejor futuro inmediato que permita alcanzar las metas que nos fijemos. Porque igualmente debemos ser claros, si los administradores y funcionarios adquieren un compromiso de lealtad con la ciudad, ninguno de los habitantes debe ser ajeno a contribuir en alcanzar las metas que se fijen en todos los órdenes.
Si nos duele Girardot, si amamos a Girardot, obremos individualmente en beneficio colectivo de la ciudad.
*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.