Columnistas
La apropiación de identidad como motivo de resistencia

Desde hace muchos años, la identidad se ha convertido en pieza fundamental de nuestra sociedad, ha sido para los seres humanos la incógnita a resolver frente a sus antepasados, sus rasgos, sus actos y su historia. La identidad se entiende como un conjunto de costumbres y tradiciones que nacen a partir de una cultura generada por un grupo específico de personas que comparten características similares gracias al entorno en el que se desarrollaron. Esta apropiación nos acerca un poco a la comprensión de las movilizaciones realizadas por parte de las poblaciones afectadas que no quieren separarse de su territorio, separaciones que en su mayoría son para beneficio de grandes élites.
Por ende, existen luchas frente al inconformismo y las injusticias dadas a lo largo de los años. Entre estas luchas se manifiestan y surgen grupos sociales dispuestos a apoyar la diversidad de movimientos que tratan de transformar esas realidades que día a día provoca la desaparición de lo que conforma su identidad. Puesto que exterminar con colectivos y territorios origina la pérdida de personas a las que les correspondía recibir herencias y tradiciones de su propia cultura.
Es por ello que quiero traer a colación el concepto de globalización, entendiéndola como el proceso que se ha inculcado en el mundo, el mismo que día a día abre campos de nuevas tecnologías que logran aglomerar, atraer y conectar aspectos económicos, sociales y culturales; una conexión masiva entre las culturas del mundo. Y en este punto es interesante tener estos dos conceptos juntos: identidad y globalización. Ya que, mantener una identidad globalizada es como someter al actor social, trae consigo unos patrones de comportamiento modificados o híbridos a partir de la interculturalidad.
La identidad pasa de ser original y tradicional a una identidad creada a partir de una modernización, a lo que le podría llamar como la denominó Pierre Bourdieu, Violencia simbólica, debido a que parte de una pérdida de la misma (identidad), por seducción a un estilo de vida, desplazamientos forzados, o una búsqueda hacia mejores oportunidades de calidad de vida en otros países.
El grupo de personas que forman parte de un pueblo en Colombia, una vez fuera del país pasa a otro grupo más generalizado, extranjeros o colombianos. Estas personas comienzan a adaptarse a otras normas y a una dominación inconsciente, se van a sentir con menos derechos a diferencia de un nativo de ese país, otra forma de marginalización, xenofobia y desigualdad. Y vuelve a suceder lo mismo paradójicamente, las personas de otro país se apropian tanto de su identidad que en muchos casos rechazan a extranjeros dentro de su sociedad.
¿Y quiénes son los que quieren dominar? Pues el neocolonialismo explica bien estos conceptos partiendo de ideas como la identidad, la cultura y hasta el propio mapamundi, que por cierto, las posiciones de los países forman parte del ideal que nos llevamos al vernos a nosotros mismos en el sur y a los demás en el norte, incluso, desde épocas coloniales estos patrones de comportamiento eran implementados para gobernar países subdesarrollados.
La diversidad, la cultura y la identidad hacen presencia al hablar de “grupos”, diferentes ideologías, gustos y tradiciones relacionados con violencia simbólica, puesto que entre la misma sociedad crean estereotipos, generando en la población múltiples comunidades que en muchas ocasiones han sido vulneradas por pertenecer consciente o inconscientemente a una “asignación social”.
Es por esto que llega el punto del cansancio, en donde se fortalece la resistencia y son más los que quieren cambiar esa mentalidad de sentirse minoría por el hecho de pertenecer. Por ello cito uno de los pensamientos ideológicos de Michel Foucault: “Son las resistencias las que impiden que el poder se transforme en una máquina aplanadora de todas las voluntades, iniciativas insurgentes y anhelos creadores de cambios. La idea de resistencias fragmentadas y heterogéneas, que pueden surgir como factores de cambios frente al poder establecido de las disciplinas sociales".
*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.