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El cuerpo de bomberos, la Cenicienta de la administración municipal

El cuerpo de bomberos, la Cenicienta de la administración municipal

Es inadmisible la desatención de los cuerpos de bomberos por las administraciones municipales, la Ley 1575 de agosto 21 de 2012 en su articulo primero establece: «RESPONSABILIDAD COMPARTIDA. La gestión integral del riesgo contra incendio, los preparativos y atención de rescates en todas sus modalidades y la atención de incidentes con materiales peligrosos es responsabilidad de todas las autoridades y de los habitantes del territorio colombiano, en especial, los municipios [...]».

Es decir, que la responsabilidad primaria para la atención de los incendios, de los rescates en todas sus modalidades, recae fundamentalmente en los municipios, pero las administraciones municipales parecen no darse por aludidas por esta responsabilidad, o hacen oídos sordos a ella.

Es tal la pobreza de los cuerpos de bomberos de los municipios, de casi la mayoría del país, dentro de los cuales se encuentra inmerso el de nuestra ciudad; pobreza que se refleja en carros de bomberos obsoletos, falta de equipos apropiados, falta de insumos, etc., pero las administraciones municipales, no se dan por aludidas de la necesidad de dotar con equipos más modernos y apropiados para que los bomberos puedan acometer o cumplir con mayor eficacia su actuar ante una conflagración. Ellos logran cumplir con su deber por su abnegación y vocación de servicio y por el apoyo de unidades de otros municipios que aunando esfuerzos logran combatir las conflagraciones, que afortunadamente se presentan no muy frecuentemente.

Ahora bien, «Es deber del Estado asegurar su prestación eficiente a todos los habitantes del territorio nacional, en forma directa a través de Cuerpos de Bomberos Oficiales, Voluntarios y aeronáuticos».

De acuerdo con la Ley citada: «Los departamentos ejercen funciones de coordinación, de complementariedad de la acción de los distritos y municipios, de intermediación de estos ante la Nación para la prestación del servicio y de contribución a la financiación tendiente al fortalecimiento de los cuerpos de bomberos». Siendo la norma tan clara, es incomprensible que las administraciones municipales no acudan al Departamento para recursos de cofinanciación para fortalecer los cuerpos de bomberos, o acudan a él para que haga su intermediación con el nivel nacional.

No he conocido en las últimas administraciones de nuestra ciudad que alcalde alguno haya hecho gestiones en tal sentido; la actual, he leído en la red social Facebook, hace sus primeros pinitos en tal sentido con el Ministerio del Interior.

En su artículo tercero la Ley establece: «Es obligación de los distritos, con asiento en su respectiva jurisdicción y de los municipios la prestación del servicio público esencial a través de los cuerpos de bomberos oficiales o mediante la celebración de contratos y/o convenios con los cuerpos de bomberos voluntarios. En cumplimiento del principio de subsidiariedad, los municipios de menos de 20.000 habitantes contarán con el apoyo técnico del departamento y la financiación del fondo departamental y/o nacional de bomberos para asegurar la prestación de este servicio».

La norma es taxativa en el sentido que, la prestación del servicio público se debe realizar a través de los cuerpos oficiales de bomberos, (son los bomberos de planta, que tienen una relación legal y reglamentaria) o mediante contratos y/o convenios con los cuerpos de bomberos voluntarios.

De lo anterior, no se puede entender por qué las administraciones municipales son reacias a firmar convenios y/o contratos con los cuerpos de bomberos voluntarios, cuando la ley es imperativa al manifestar que, en el caso de no tener bomberos oficiales se debe realizar un contrato o convenio con los cuerpos de bomberos voluntarios para cumplir con el servicio público que es de responsabilidad del municipio.

En el caso de nuestra ciudad, todos somos conscientes de la precariedad de carros de bomberos, según se oye, solo funciona una máquina; que los trajes no son los adecuados, manifestaron los bomberos en su momento. Así las cosas, llegará el momento en que la comunidad girardoteña tendrá que realizar un teletón pro-cuerpo de bomberos para subsanar en parte sus requerimientos. ¿Será que esta Administración del alcalde Salomón voltea su mirada hacia el cuerpo de bomberos, o el cuerpo de bomberos de nuestra ciudad continuará trabajando con las uñas, debido a la desidia de las administraciones pasadas?

*Luis Roberto Acosta Díaz ha sido jefe nacional de control interno de la ESAP, decano de la facultad de Ciencias Políticas y Administrativas de la ESAP; contralor municipal de Girardot y gerente de la Empresa de Teléfonos de Girardot, entre otros cargos.

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.