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El cacerolazo y el otro rumbo del Paro Nacional

Esta manifestación popular se ha convertido en una de las expresiones más utilizadas cuando se presentan inconformidades en la sociedad. El cacerolazo consiste en golpear ollas, cacerolas o utensilios de cocina, generando ruido acompañado de las voces de los que no están de acuerdo frente a una situación colectiva; generalmente se presenta de manera pacífica y en la mayoría de los casos está ligada con el reclamo de cierto tipo de políticas impuestas.
Paradójicamente, el origen de los cacerolazos en América Latina surge por la clase alta. Un grupo de mujeres en Chile, opositoras al mandato de Salvador Allende, salían a las calles con sus utensilios de cocina a expresar su inconformismo; protesta denominada “Marcha de las Cacerolas Vacías”, el 2 de diciembre de 1971. Sucedía que en esta época el gobierno socialista “Unidad popular”, de Allende, en los años 1970-1973 trajo consigo la escasez de alimentos.
Al pasar de los años, la historia escribe diferentes sucesos que marcan las vidas, los periódicos y los países. Esta protesta no excluye, puesto que desde su propia casa se puede llevar a cabo el cacerolazo, las personas hasta por las ventanas se hacen escuchar. Teniendo 21 años de edad he vivido mi primer cacerolazo; el 21 de noviembre del año 2019, las ollas de los vecinos se hicieron sonar en el municipio de Soacha, Cundinamarca, pasadas las horas luego del inicio del Paro Nacional en Colombia.
Trayendo consigo graves consecuencias en lo bienes públicos y bienestar de los ciudadanos; como medida, se han llevado a cabo toques de queda en Bogotá y resto del país. Pero pese a esto, las personas seguían con sus cacerolas en la calle, y aunque parcialmente se trate de una movilización pacífica, existen quienes se aprovechan de este tipo de situaciones. Por ende, la tranquilidad y el temor se apoderó de los residentes en diferentes partes de Bogotá y Soacha, en general, en diferentes puntos del país se realizaban llamados por redes sociales del fenómeno actual.
Casas, apartamentos, conjuntos residenciales y empresas trasnocharon es sus propias moradas. Por ejemplo, en Soacha, se vivió la incertidumbre el 22 de noviembre, en horas de la noche se estaba convocando a los residentes para llevar a cabo planes estratégicos para no dejar entrar a los vándalos, sin duda; sirenas, murmullos, palos y cantidad de materiales para defenderse, así se encontraba el pueblo, la tensión entre todos era impresionante.
La situación abre un panorama bastante complejo, pienso que existen demasiadas posibilidades que ponen en duda el proceder del vandalismo, el aprovechamiento de esta situación y el temor de no pasar a mayores. ¿Puede ser esto cierto tipo de estrategia?, ¿por parte de quién o quiénes? La situación en el país se ha divido en este contexto, lo pacífico y el vandalismo, el paro Nacional del 21 de noviembre a tomado otro rumbo.
No se ha de tratar de izquierda ni de derecha, ahora estamos presenciando el desorden que se quiere provocar, ¿con qué fin? La duda se siembra al pasar de las horas, la resistencia de los que luchan en paz se quiere hacer notar y los actos vandálicos, en espera de las medidas frente a estos.
Colombia y resistencia pacífica.
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