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"Día E" en pandemia, no puede ser para lo mismo

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2018-2022 Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad, centra su atención en el fortalecimiento de la educación en el país a través de estrategias que se materialicen en oportunidades pertinentes y continuas para avanzar en el propósito de reducir la pobreza y la desigualdad, con el fin de lograr la equidad. Asimismo, plantea el mejoramiento de la calidad a través de procesos inclusivos y contextualizados, que se viabilicen en la educación inicial, preescolar, básica y media (Presidencia de la República, 2018).
Con este párrafo inicia la carta de presentación del documento orientador del Día E, día que Fecode y sus sindicatos filiales hemos llamado el “día del engaño” porque lejos de evaluar las carencias y urgentes necesidades de inversión para reducir la pobreza, desigualdad e inequidad, estas se han profundizado con la reducción en los recursos del Sistema General de Participaciones SGP, lo que impide mejorar las plantas físicas, dotar y construir laboratorios y escenarios deportivos, tener la conectividad, computadores, tabletas y la tecnología que exige el siglo XXI. Por el contrario, estas carencias siguen siendo pan de cada día y se han recrudecido en la pandemia profundizando la pobreza no solo en los Establecimientos Educativos, sino también de las familias de nuestros estudiantes. Eso sin olvidar que faltan en muchos de los Establecimientos Educativos EE, contratación de personal administrativo, de servicios generales, nombramiento de maestros y de muchos de los profesionales y terapeutas de apoyo que se requieren para una verdadera educación inclusiva que vaya más allá de la buena intención y el discurso.
Se suma a lo anterior la necesidad de alimentación y transporte para todos los estudiantes, especialmente del sector rural, así como el respeto a la autonomía escolar y a los gobiernos escolares. Siendo así y sin dar verdadera solución a esos problemas estructurales, el Día E seguirá siendo un día en el que con sofisticado lenguajue neoliberal se siga aplazando la urgente tarea de invertir y garantizar el derecho fundamental a la educación, reduciendo de manera seria, responsable y comprometida la deuda histórica que hay con los niños, niñas y jóvenes más pobres del país. Un ejemplo de la distancia entre el discurso y la realidad es la injusta negación del derecho del preescolar de tres grados a nuestros niños y niñas, también la falta de apoyo para el ingreso a la educación superior de la mayoría de jóvenes, la desfinanciación de la Univesidad Púbica, en fín.
El Ministerio de Educación mediante Resoluciones N°22701 y Nº22746, fija la fecha para la realización del Día de la Excelencia Educativa “Día E” del año 2020, a realizarse en las primeras semanas del calendario académico 2021, un día, en el que tradicionalmente se priorizan las comparaciones de los resultados del Indice Sintético de Calidad Educativa ISCE y se centran los análisis en las pruebas externas que no son más que el producto de las órdenes de los organismos multilaterales con su política mercantilista basada en la competencia entre las instituciones educativas, desconociendo las particularidades de su población y contexto, generando a partir de esos resultados la desfinanciación, que sigue siendo el mayor problema de la educación oficial, maximizada con la pandemia de la Covid -19.
La invitación del Día E 2020, entonces, tiene como principal propósito gestionar e implementar planes de acción para la armonización curricular, a partir de los avances que se gestaron desde la flexibilización curricular y priorización de aprendizajes y las estrategias de evaluación y acompañamiento al desarrollo de los aprendizajes que se proyectaron en medio de la pandemia. Es con estos avances que se construye la armonización; para avanzar en el mejoramiento institucional con miras al plan de acción 2021 ¡Bienvenidos al Día E 2020! Evaluar, planear y armonizar para avanzar.
Aquí cabe aclarar que efectivamente la pandemia ha exigido flexibilizar el currículo y los sistemas de evaluación, tarea que los Consejos Académicos y Consejos Directivos y maestros, con el liderazgo de los Directivos Docentes han asumido haciendo acopio de su profesionalismo, formación académica, pedagógica, pero sobre todo al compromiso con los educandos y sus familias. Pero aquí también el Ministerio se ha quedado corto en cualificación, estímulos y recursos materiales, pues para nadie es un secreto que los maestros hemos asumido de nuestros recursos el pago del internet y la adquisición de los equipos tecnológios para llegar a los estudiantes de la mejor manera, más allá de las guías en físico que también han sido muy importantes para suplir la falta de conectividad, de plataformas y de internet gratuito para las comunidades educativas, deber y responsabilidad de los gobernantes.
Más allá de la pertinencia en la invitación, ésta debe estar acompañana de voluntad política frente a las deudas que hay con la educación oficial. Por otro lado, la autonomía escolar debe hacerse realidad a través de los Gobiernos Escolares y materializarse en los Proyectos Educativos Institucionales PEI y los Sistemas Instituciones de Evaluación Escolar SIEE, desde el liderazgo y la participación democrática de todos los estamentos escolares y la realidad del contexto en el que interactúan. Desde luego que la pandemia nos exige cambiar y apuntarle a estrategias curriculares que permitan fortalecer el pensamiento crítico, la investigación desde el aula, la lectura crítica, la producción de texto y desde luego el respeto a los derechos humanos y la formación de una ciudadanía participante y sensible ante la urgente necesidad de salvar al planeta y poder vivir en paz. Esto no será posible mientras se siga evaluando a la escuela y sus procesos a partir de meros resultados de pruebas estandarizadas aplicadas a un país diverso geográfica, étnica, cultural y socialmente.
Siendo así, el El Día E, debe ser aprovechado para reflexionar y efectivamente evaluar de manera integral la realidad que vive hoy la escuela estatal en medio de la pandemia, cuando de nuevo el pico de contagios nos ha arrinconado, el hambre y el desempleo crecen y la acción gubernamental no llega ni con renta básica, ni con las vacunas que tanto se requieren para menguar el virus. Debemos hacer esa radiografía de las necesidades de cada establecimiento educativo como lo ha orientado Fecode en su Junta Nacional y como corresponde, para poder tener los argumentos y herramientas que nos permitan planear el qué hacer, con qué y cómo, en medio de la realidad que vivimos.
Desde ese contexto, regresar a la escuela mediante la Alternancia es una prioridad, pero no puede ser una imposición del MEN en las actuales circunstancias, tampoco puede ser la respuesta apresurada al deseo inmenso que tenemos de reencontrarnos y compartir como seres sociales que somos. Así las cosas, Armonizar para avanzar exige que la escuela reivindique la autonomía dada por la ley, que la inversión social llegue a las comunidades y el Estado social de derecho se haga realidad. La pandemia nos obligó a cambiar y las nuevas circunstancias que hoy vivimos exigen tomar partido, quien no toma partido no se puede considerar ciudadano. Aquí tomamos partido por la vida y por una escuela pública verdaderamente incluyente, que permita de verdad avanzar en armonia y justicia social para todos.
Hoy vivimos uno de los momentos de crisis social, política, educativa y sanitaria más complejos para la humanidad y los más afectados son los que siempre han sido ninguneados e invisibles para quienes ostentan el poder, situación que debe servir para generar lo que Morin y Delgado han denominado la “metamorfosis”, una urgente transformación de los constructos mentales y comportamentales que permitan lograr a mediano plazo un mejor país, una mejor sociedad y un ciudadano(a) más consciente de su papel y de su derecho al buen vivir.(1)
(1) OROZCO L. María Cristina.- Aprendamos a Gobernar desde la Escuela, hacia una nueva ciudadanía. Pág.103. Editorial Alejandría. 2020.
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