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Algo qué contar (Parte I)

Sancho, su acompañamiento por caminos agrestes, paisajes inolvidables, villorrios únicos, y conocer personas de toda condición, ha representado la mayor confianza y lealtad que pueda brindar un ser humano. Su cómplice silencio en el trasegar de una aventura que históricamente no tendrá fin, su fiel compañía, no es medible ni cuantificable, menos aún en épocas modernas.
En estos cuatro siglos que don Miguel De Cervantes Saavedra nos abrió la puerta, y amable pero convincente nos invitó a iniciar un recorrido hacia lo desconocido, para él estaba claro que cada día se presentaría novedoso y diferente.
En noches claras, pienso, si acaso Don Miguel está a la espera de nuestro regreso, para nutrir de historias, personajes, descripción de paisajes y por qué no, uno que otro traspié, con el amplio propósito de enriquecer su vocabulario y ampliar su horizonte literario. Pero más es el deseo de un reencuentro, que una contemporánea realidad.
En la literatura son muchos los clásicos que por esa misma condición están presentes, sobrevivirán a críticos acérrimos, guerras internas o mundiales, y por supuesto a las centenarias pandemias.
Don Sancho, somos unos privilegiados al mantenernos vigentes, no sólo por el encanto de la pluma de don Miguel, sino por las vicisitudes del camino, superadas con creces, por alegrías y crecimiento progresivo de nuestro equipaje de gratos recuerdos e inolvidables amistades.
Nuestro itinerario trazado sobre el mapamundi se ha modificado, no sólo a causa del coronavirus, no. Cada día se nos hace más difícil partir del villorrio del Río Grande de la Magdalena, es tan rica y diversa su propia historia, a pesar de su juventud; en el 2020 cumplirá 168 años de fundada, y no se trata de odiosas comparaciones, la vecina Tocaima va por los 476 años de fundada.
Información que nos invita a evaluar lo que el villorrio ha logrado en 168 años. Por ejemplo de 1920 a 1980 se fue configurando un crecimiento urbano, desarrollo económico, posicionamiento a nivel nacional como destino, gracias a la oferta de buenos servicios (hoteles-restaurantes y atractivos turísticos naturales).
Los inmigrantes internacionales y nacionales contribuyeron en gran medida a brindarle un orden y gran prosperidad. No somos ajenos al "Quédate En Casa". Hemos tratado de aprovechar al máximo el tiempo, y que sea la ocasión de expresarle nuestro agradecimiento a varios estudiosos de la historia del villorrio que nos comparten conocimientos imborrables.
A propósito de historia, en el gobierno del doctor Belisario Betancourt la clase de Historia la enmarcaron en la generalidad de "ciencias sociales" llevando a varias generaciones de colombianos a perder la posibilidad de conocer la historia de este hermoso país, en razón a que se decidió "sabiamente" darle prioridad a otros temas, que igualmente importantes en la preparación académica, opacaron (mejor semi enterraron) la Historia de Colombia y por ende de las regiones y municipios.
La Ley 1874 del 27 de diciembre de 2017 determina " restablecer la enseñanza obligatoria de la Historia de Colombia como una disciplina integrada en los lineamientos curriculares de las ciencias sociales en la educación básica y media". Su implementación y aplicabilidad debe darse a partir del año 2020 según la propia ley.
Por lo tanto esperamos confiadamente en que se esté cumpliendo con este mandato, tuvieron dos años para prepararse. El país y particularmente los estudiantes del villorrio y la comunidad en general deben conocer la historia de su terruño.
Por nacimiento o adopción, es un derecho.
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