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¡Un cabezazo reabrir la Media Torta en Girardot!

¡Un cabezazo reabrir la Media Torta en Girardot!

La idea de volver a utilizar el lugar de la Media Torta para la realización de presentaciones artísticas y culturales es un punto positivo que hay que reconocerle a las personas que motivaron esta iniciativa, pertenecientes al Instituto Municipal de Turismo, Cultura y Fomento (IMTCF) de Girardot.

Esto no quiere decir que no haya temas pendientes por definir, y otros por corregir. Claro que están ahí. Pero también hay que ser generosos con quienes se arriesgan a retomar materias pendientes, proyectos valiosos que han sido mutilados, o gestionar para lograr la recuperación de sectores deprimidos y exprimidos, como lo es precisamente el que se encuentra a ciento cincuenta metros del río Magdalena, a dos cuadras de la Plaza de Mercado (Bien de Interés Cultural de carácter nacional), y a trescientos metros del parque Bolívar, cercano al epicentro de las actividades administrativas, políticas y comerciales de la casi ciudad.

¿Cómo no aprovechar el ruido silencioso del agua del Magdalena bajando en caída libre hacia Honda, la tradicional «Ciudad de los Puentes»; enrumbándose luego hacia el otrora aciago Puerto Boyacá, cuna del paramilitarismo en Colombia, para terminar después de botes, remolinos, salpicaduras, recovecos y escapadas apresuradas de atarrayas, en lo más profundo de la Barranquilla alegre, «Puerta de Oro de Colombia»?

¿Cómo menospreciar la gigantez histórica del Puente Férreo, visto desde lo alto de la Media Torta, camino real que ha acercado a la cultura cundinamarqués y tolimense en una fusión que se aferra no solamente en el acento de las frases, sino en pequeñas costumbres, y hasta en la exquisitez de un viudo de capaz o una deliciosa lechona con insulso y arepa? ¿O los tamales envueltos en hojas de plátano, indispensables cada fin de semana?

Hay una historia de pescadores, pilotos, hidroaviones, trenes escupiendo humo con formas de mil demonios, viajeros, amores secretos o tardíos, viejas memorias adormecidas en el antiguo sector del Embarcadero Turístico,  que deben servir para construir el futuro, y no para anquilosarse en el pasado.

La veranera que se encuentra bajando el andén por el costado izquierdo, en la casa contigua, hoy no está florecida. Pero se prepara para, cuando llegue el momento, iluminar el descenso del camino al río con su color fucsia o «morado», haciendo del paisaje un cuadro costumbrista para la contemplación, inédito en las manos del mejor pintor.

Por eso este primer paso por intentar recuperar un sector pletórico de vida hay que valorarlo y apoyarlo.

El viernes pasado, ver llegar a los jóvenes al lugar, impregnados con la música que los motiva y los invita, en franca camaradería y amistad, demuestra que no es cierto que no les interese la cultura ni el arte. Es una teoría facilista utilizada por individuos anacrónicos y retrógrados que buscan en los demás réplicas vetustas, tristes, grises y solitarias como sus propias desgracias.

Los pocos transeúntes que circulaban por el sitio llegando el atardecer, o los desprevenidos pasajeros de los vehículos observaban sorprendidos cómo recobraba vida un lugar que por años ha permanecido abandonado a merced de vándalos y vagabundos, desaprovechando una oportunidad inmensa para la integración y el fortalecimiento de la cultura en todas sus expresiones.

Se debe valorar el esfuerzo, la generosidad de los artistas, el compromiso de dos o tres personas del IMTCF, la compañía de sus pares, la voluntad de los que asistieron, la participación de la presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio San Miguel. Todo esto construye ciudad.

¿Qué queda por definir y corregir? La periodicidad con la que se va a utilizar la Media Torta para esta clase de eventos. Lo del viernes pasado es una pequeña muestra que tiene que crecer en cantidad de asistentes, y en la calidad y diversidad de las presentaciones. Es importante institucionalizarla, aquí entra a jugar el Concejo Municipal de Girardot.

Hay que ajustar el horario, porque el de las cuatro de la tarde es inapropiado por la inclemencia del sol que golpea el lugar. El sitio hay que continuar mejorándolo en ornato y limpieza, no está terminado. No solamente con la participación de la empresa de aseo, sino también con la comunidad, para que fluya el amor y la cercanía con el espacio y su propósito principal, la cultura.

Es importante que el IMTCF disponga de recursos para pagar el trabajo a los artistas que allí se presentan. Altruista el hecho de que muchos quieran o acepten participar sin remuneración, pero no reconocer económicamente el valor artístico va en contravía de la intención de recuperar y dignificar el arte y la cultura en Girardot. Debe existir presupuesto para esta clase de actividades, porque es así como se eleva la calidad de las presentaciones y la cantidad de asistentes, reconociendo y respetando el talento de sus participantes.  

Un amigo hacía una reflexión valiosa: vale la pena, una vez institucionalizado y organizado el evento, establecer alianzas con diferentes hoteles de la casi ciudad para que dentro del paquete turístico que ofrezcan, se encuentre asistir a una velada de estas como parte de la estadía. Esto, sin duda alguna, ayudaría a sumarle valor agregado a las actividades turísticas que se pueden ofrecer en el municipio.

En cuanto al turismo y cultura en el desarrollo sostenible, el medioambiente debe salir ileso con estas propuestas. Más que ileso, debe protegerse y resguardarse de malas prácticas. Por eso es importante retirar las llantas que enterraron enfrente de la Media Torta. Deprimen aún más la imagen del sector, y es una interpretación errónea y malsana de lo que es el ornato y el cuidado del medioambiente. Es una contradicción decir que se reabre el lugar para «recuperar espacios urbanos que se encuentran deprimidos y abandonados en la ciudad», si se llena el entorno con desechos y basura que afean y contaminan.

Hay que ser optimista, bien por los jóvenes que han impulsado esta idea.

¡Larga vida para esta iniciativa!

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.