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Un gabinete de Gobierno con poca meritocracia

Un gabinete de Gobierno con poca meritocracia

Desde el comienzo del gobierno de Francisco Lozano como alcalde de Girardot se evidenció una flaqueza: sus desaciertos en la selección del gabinete de Gobierno.

Su primer gran error fue nombrar como secretario de Gobierno y Desarrollo Institucional a Boris León Benavides. No por sus enredos sentimentales, sino por su carácter caprichoso y belicoso que provocó resistencia negativa y desconfianza en un sector de la comunidad; tenía suficiente información de que no era la persona ecuánime, respetuosa y brillante que ayudaría a conducir a esta casi ciudad irredimible a buen destino.

La historia contará que fue un yerro innecesario. Nombrarlo en el cargo más importante del gabinete fue permitir que todos los problemas que aun hoy se agravan continuaran enquistándose: inseguridad, invasión de espacio público, contaminación auditiva y visual, desorden en la plaza de mercado y muchos más. Porque no es fácil atender al mismo tiempo el ego y las funciones del cargo.

En su reemplazo nombra a Lyda Aurora Vargas Urrea, quien designó como encargada de Gobierno en la novela León – Herrera, siendo jefe de la Oficina Jurídica.

Parece ser que no fue tan eficiente en lo jurídico, pero el alcalde dedujo que si ella no podía con una sola función era acertado adjudicarle decenas. Sucumbió ante la presión, sobre todo de concejales que plantearon una moción de censura en su contra. Renunció el mismo día en que se discutió esta posibilidad en el salón del Concejo.

La sorpresa que puede llegar con el nombramiento del nuevo secretario de Gobierno es que este sí tenga las competencias profesionales, condiciones personales, y experiencia en toma de decisiones y resolución de conflictos, para no continuar con la seguidilla de equivocaciones que alimentan el estancamiento del municipio.

Por eso la noticia no es la renuncia de la secretaria de Gobierno con su ineficiencia a cuestas. La noticia es que en los próximos nombramientos para secretarios de gabinete el alcalde Francisco Lozano acierte de una vez por todas. Que no utilice una varita mágica para adivinar, sino la asesoría y experticia adecuada para nombrar, no cuotas políticas ni favores personales, sino profesionales útiles a los intereses de ciudad.

Hagamos memoria de lo más brillante de este gabinete: lo más espectacular que pareció ocurrirle a Girardot fue Diana Patricia Molina Zambrano como la experimentada secretaria de Tránsito y Transporte llegada de Puerto Boyacá.

Su disertación ante el Concejo el 17 de febrero, de casi cinco horas sobre el tema de movilidad dejó a casi todo el mundo perplejo. ¡Qué conocimiento, qué carácter, qué profundidad en sus análisis, qué desparpajo para diagnosticar la problemática de la movilidad en Girardot! ¡Qué porte el de la secretaria!

Desde el comienzo blandió con notable destreza la necesidad del Plan Maestro de Movilidad, en ningún momento descabellado desde el punto de vista de organización. Pero fue su pretexto estrella para no adelantar ninguna otra actividad; siempre manifestó que sin él nada se podía realizar. Ni siquiera podar los árboles que aún hoy esconden a los semáforos.

Cualquier día toda esa grandeza se desvaneció sin tanto alboroto como el de su llegada. Y no hizo nada.

En la coordinación de Cultura, Turismo y Fomento luego del traslado de Angélica Araujo Lemus a la Secretaría de Salud, se nombró en el cargo a Edilberto Guarnizo (en lo que han llamado exóticamente el enlace del Instituto). Hoy no existe ninguna actividad ni gestión cultural que dé a entender que alguien dirige.

De hecho si en alguna parte se evidencia ausencia, anemia y paquidermia, es en Cultura y Turismo.  Y que no salga el coordinador con la historieta ya deshojada de la pandemia; Cajicá o Tabio, en Cundinamarca, Flandes y Melgar en el Tolima, se han esforzado por realizar actividades importantes derivadas de sus funciones, ¡y que justifican el sueldo!

Si continuamos el trayecto encontramos que en menos de diez meses se han presentado nuevos nombramientos en Hacienda, Salud, Infraestructura, Dirección Operativa, Contratación, Casa de Justicia, presidente ejecutivo delegado del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Fomento, junto a Tránsito y Transporte, y Gobierno, con otros de menor importancia.

Demasiados cambios de dirección para un gobierno recién nacido, Alcalde. Y no lo hace ver tan mal los errores que usted pueda cometer como los que la mayoría de sus exsecretarios y secretarios protagonizan ante acciones equivocadas, o peor, porque en sus manuales de funciones personales existe un renglón en negrilla y altas que les indica: HACER LO MENOS POSIBLE.

Usted a mediados de diciembre del 2019 en declaraciones a Plus Publicación manifestó que conformaría un gabinete «con meritocracia, por hoja de vida, por trabajo, que no haya formado parte de gobiernos anteriores, y que adicionalmente quieran a Girardot». En gran medida nada de esto se ha cumplido, o no le ha dado resultados.

Alcalde Lozano, no puede seguir disparando perdigones para ver a qué le acierta. Debe reconocer que sus elecciones, en gran porcentaje, no han sido las adecuadas, y que si persigue una administración eficiente y efectiva tiene que afinar el sentido y modificar la manera de escoger los profesionales, que son los que le dan el orden y la forma a su gobierno, y desarrollo al municipio.

De otra manera, la casi ciudad continuará horadándose en lo administrativo señalándolo a usted como el único responsable.

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.