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Después de estas elecciones, ¿cambia el mapa político de Girardot?

Después de estas elecciones,  ¿cambia el mapa político de Girardot?

Luego de todas las batallas que se libraron desde diferentes flancos en donde se sacaron al sol todos los defectos morales de cada uno de los candidatos, unos más ciertos que otros, los resultados presentados marcan el final de una hegemonía de prácticamente doce años, si se tiene en cuenta que la alcaldía de Diego Escobar Guinea llegó con el respaldo del alcalde saliente de ese entonces, Rodolfo Serrano Monroy.

Ha ganado José Francisco Lozano Sierra, de la coalición Lozano Alcalde, con una votación según datos de preconteo de la Registraduría Nacional de 14 436 votos, una vez evacuadas las 240 mesas; 4923 más que Escobar.

La pregunta para muchos es ¿qué sucedió con Diego Escobar? Si se presentía que de alguna manera podía tener el respaldo de un sector importante de la administración municipal.  Eso, junto a la experiencia que tiene en estas lides políticas en donde la retórica, el encantamiento, la astucia y la agilad en ripostar y contragolpear son indispensables y él las maneja a la perfección, ¿en dónde se perdió?

Algunos pueden pensar que las elecciones se pierden con la carta que le llegó a varios de los girardoteños, y que aparentemente era de su autoría, en donde de manera irónica y burlesca le recordaba a la ciudadanía cada una de las cosas que entregó en su administración.  Es posible que muchos se hayan sentidos insultados frente a una «lista de plaza de mercado», que para ser sinceros, no salió del bolsillo del candidato.  Todo lo que allí relaciona y que sea cierto,  corresponde a lo que tiene que entregar y gestionar un gobernante, con los dineros que los colombianos pagan de impuestos.  Es decir, posiblemente desde este análisis el pueblo entendió que no había nada que agradecer y si mucho que rechazar. 

¿O se perdieron las elecciones porque el pueblo dedujo que era riesgoso elegir a alguien que aún no define su situación con la justicia? Porque aunque goza de libertad gracias al «mejor abogado» que existe en el país como lo es el vencimiento de términos, todavía afronta un proceso que hasta ahora se encuentra en etapa de audiencia preparatoria, y antecede a la etapa del juicio oral. 

¿O predominó el temor por otras investigaciones que pueden salir a flote en el futuro, o que en alguna de las actuales se  falle en contra de él, dejando nuevamente a Girardot en un innecesario limbo administrativo?

También cabe la posibilidad de que el pueblo haya decidido terminar con la hegemonía de la que hablo al comienzo de este artículo, propiciando un cambio absoluto, si se tiene en cuenta que el candidato elegido no tiene antecedentes políticos ni administrativos en Girardot.  Esa hegemonía, desde Rodolfo, así no se quiera reconocer, decorada con privaciones de la libertad, escándalos, murmullos y especulaciones, vociferaciones y verdades, pudo hacer mella en el elector produciendo como reacción el resultado que presenciamos.

O al final, fue un coctel de todas las anteriores.  La suma de cada una, y otras que he podido olvidar, sirvieron como ingredientes para dejarlo relegado a un tercer lugar, entre siete aspirantes, con una exigua votación de 9513 votos, frente a los 14 436 del ganador, y de los 10 292 de Salomón Said Arias que logró ubicarse en el segundo lugar.   

Ahora bien, si como lo dicen los resultados de la Registraduría Nacional del Estado Civil, Francisco Lozano es el ganador indiscutible de las elecciones para alcaldía de Girardot, puede también pensarse que lo hecho por Salomón Said Arias lo ubica como el ganador de la jornada.

Salomón Said llega a la disputa de la alcaldía con una sombra que cobró tamaño con las críticas de sus detractores: su padre. Además de tener solamente 33 años de edad, y que frente a sus más enconados contendores era el único que aspiraba por primera vez a la alcaldía municipal.

No obstante lo anterior, logró ubicarse después de Francisco Lozano, pero le gana por 779 votos a la experiencia de Escobar; para algunos no muy significativo, pero considerando los antecedentes mencionados, inédito en elecciones locales de este tipo.

¿Qué logra catapultarlo al segundo lugar, superando a uno de los favoritos? Puede ser que se tuvo en cuenta que aparentemente era de los pocos  candidatos que no tenía vínculos ni relaciones evidentes con el gobierno actual ni con gobiernos anteriores. Pudo sumarse que exhibe una especialización en Gobierno y once años trabajando en el sector público, lo que le pudo dar una ventaja sobre aquellos que carecen de esta experiencia necesaria para una buena gobernanza.

Está por ver si aceptará su curul en el concejo municipal de Girardot.  Es posible que ya tenga propuestas de esferas más altas e influyentes que le hagan tomar rumbos diferentes y, por qué no, con ese voto de confianza que le entregaron  sus electores, arremeter para ganar la alcaldía en un segundo posible intento.

Pero queda lo que importa hoy y para el futuro inmediato, y es cuál va a ser la posición de Francisco Lozano para los próximos cuatro años de gobierno.  No le espera una administración fácil, y eso él lo sabe, cuando tiene que entrar a solucionar una serie de situaciones que han venido haciendo metástasis afectando diferentes aspectos de la casi ciudad.

¿Adoptará medidas impopulares ante comportamientos abusivos e inapropiados? ¿Renovará, en lo que le permita la norma, la planta de personal de la administración, enriqueciéndola con alta calidad en el servicio, eficacia y eficiencia? ¿Nombrará un secretario de gobierno con autoridad pero con decencia; capaz de acompañarlo en las decisiones impopulares y lo suficientemente culto, inteligente e imparcial para que mantenga excelentes relaciones con la comunidad? ¿Innovará en tecnología para modernizar la administración, optimizando la información e incrementando el recaudo? 

El panorama se empezará a despejar el primero de enero de 2020, con una persona que llega del sector privado y que genera expectativa, precisamente por ser una cara nueva dentro del espectro político municipal.

Todo está por ver.

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.