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Pico y cédula con Pico y Placa: más fácil restringir que corregir

Desde esta columna hemos denunciado, pero también sugerido medidas que ayuden a evitar el contagio y la propagación de manera exponencial del virus que ha colocado en vilo la estabilidad económica del mundo, y reducido a su mínima expresión la supremacía mentirosa del ser humano.
Por lo mismo no hay ninguna reserva ni temor al momento de analizar las últimas medidas establecidas en el Decreto 083 del 7 de abril de 2020 en la casi ciudad de Girardot. No existe contradicción alguna en exigir controles para evitar que toda la población se volque a la calle, pero cumplibles, y, sobre todo, que beneficien y protejan al ciudadano menos favorecido y no, por el contrario, que lo coloquen en la eterna desventaja contra los que siempre lo tienen todo.
Lo dice explícitamente el artículo 13 de la Constitución Política de Colombia en donde establece que «Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades […].
El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados.
El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta […]».
Esto no sugiere entonces que todo de lo que se haga desagrade y que el capricho domine el ánimo y guíe la pluma. ¡No! Es que no podemos ser como los autómatas megalómanos cibernéticos que rasguñan cualquier sandez propiciando un encuentro virtual con los de su especie para sumar un pulgar más, azul pitufo levantado.
En el artículo segundo del Decreto 083, en el Pico y Cédula señalado para el sábado 11 de abril, de manera flagrante se atropella a los ciudadanos que con el mismo derecho de los demás tendrían la oportunidad de salir para proveerse de mercado, dinero o medicinas. La lógica, ausente en los primeros cuatro meses de este año bisiesto, hizo que de las cédulas terminadas en 9 y 0, se pasara a las de 3 y 4, pisoteando el derecho a la igualdad de quienes pertenecen al 1 y 2.
¿Por qué mientras el 3, 4, 5 y 6 tienen dos días en la Semana Santa para salir a proveerse (o pasear), el 1 y 2 solamente uno? ¿Es más importante el hambre y la salud de unos que de otros?
Y aun, conociendo el error, se mantienen en él como una demostración de poder absoluto, atentando, lo repito una y mil veces con total responsabilidad, contra los derechos de las personas que se encuentran en el grupo omitido.
Posteriormente en el artículo tercero y sexto se impone la medida de Pico y Placa para todos los vehículos de la casi ciudad. Aquí el punto es que se afecta a gran cantidad de personas que necesiten salir el día de su Pico y Cédula para realizar sus diligencias, obligándolas a exponerse al virus utilizando un transporte público deficiente e infectado.
Si en teoría uno de los propósitos del aislamiento es evitar el contagio, entonces por qué, como un «castigo» se obliga a muchas personas que tienen su transporte a no utilizarlo, y, sí en cambio, a incurrir en gastos económicos y al riesgo de contraer la enfermedad porque se adopta una medida equivocada.
Precisamente la presidencia de la República expidió el Decreto 457 de 2020, para « […] preservar la salud y la vida […] garantizar el abastecimiento y disposición de alimentos de primera necesidad y servicios que por su misma naturaleza no deben interrumpirse so pena de afectar el derecho a la vida, a la salud y la supervivencia de los habitantes […]», y en donde renglón seguido en el artículo 3 se establecen las garantías para la medida de aislamiento preventivo obligatorio, con el fin de que en el mismo se garantice «[…] el derecho a la vida, a la salud en conexidad con la vida y la supervivencia», reconociendo 34 excepciones para permitir el derecho a la circulación de las personas que así lo requieran.
Los numerales 1,2 y 3 hablan de los que me refiero principalmente: asistencia y prestación de servicios de salud, adquisición de bienes de primera necesidad (alimentos y medicamentos, entre otros), y desplazamiento a servicios bancarios, financieros, operadores de pagos y notariales).
Por lo mismo se equivoca el secretario de gobierno Boris León Benavides, cuando en declaraciones radiales obstinadamente insiste y repite que la intención de colocar Pico y Placa es para que en la mayoría de los casos no coincida con los Pico y Cédula, y así «restringir» la salida de las personas a la calle.
Secretario, es que las restricciones ya están dadas, y exceptuadas en los 34 puntos en un Decreto nacional y que ustedes quieren desconocer. No es suficiente con que usted diga que « […] la gente tome una decisión: sale o no sale». No Boris, no es tan sencillo, no todo el mundo tiene la salud garantizada para no tener una dolencia que lo obligue a salir a la calle; no todas las personas tienen ni manejan canales virtuales para que cada vez que se quede sin dinero alguien le pueda transferir virtualmente y comprar desde la casa, porque no todo el mundo está bancarizado como usted o los empleados de la Alcaldía.
No, porque la señora que hace el aseo en la casa de mi vecino llega en motocicleta, y si usted la obliga a coger transporte diariamente va a incurrir en un gasto de aproximadamente cincuenta mil pesos a la semana (sin saber realmente en dónde vive), que vienen a ser prácticamente un día de su trabajo. Y ni hablar entonces de los que viven en la vereda de San Lorenzo y Acapulco. Qué pensarán ellos de usted y de ustedes, cuando lo escucha decir que compren en las tiendas del vecindario. ¿Sabe usted cuántas tiendas tienen las veredas del sur?
Las excepciones se dan claramente para que sean utilizadas sin perjuicio o afectación de los derechos, que por su misma naturaleza tiene el ciudadano, contrario a lo que se logra en este caso específico.
Y si quiere, hablemos ahora de salud, que es el tema principal y que rodea cualquier discusión alrededor del aislamiento. Están obligando, sin ninguna necesidad, a muchas personas a exponerse a contraer el virus del COVID-19 y transmitírselo a los familiares con los que conviven, cuando los meten de cabeza en el transporte público. Un transporte en el cual el gobierno municipal no puede garantizar que se encuentra adecuadamente desinfectado para transportar de treinta a cuarenta personas diariamente, hablando únicamente de taxis.
Para qué el toque de queda para los mayores de 70 años hasta el 31 de mayo, si en este aislamiento sin salir de la casa van a estar más expuestos cada que vez que un familiar salga a alguna diligencia porque no puede utilizar su carro ni su moto.
No son ustedes, los que deben indicar a las personas, sobre todo a las más desfavorecidas, cómo se procede en cada caso, involucrando a vecinos, amigos, presupuestos, ahorros, cuando usted en particular, no tiene ni idea cómo se vive en cada casa de la casi ciudad.
Me pareció muy oportuno que en sus declaraciones hable de la importancia que ahora sí tiene la vida, cuando le correspondió al gobernador de Cundinamarca ubicar a Girardot dentro del grupo de los ocho municipios que iba a tener acompañamiento militar por ser uno de los más indisciplinados y desobedientes del departamento, y publicado por Caracol Televisión a nivel nacional. Cuando desde el 18 de marzo he advertido sobre la necesidad de cerrar la ciudad para evitar la llegada de visitantes.
Cuando el 25 de marzo un grupo de periodistas enviaron una carta solicitando la militarización de la casi ciudad y la implementación del Pico y Cédula, precisamente para proteger la salud de los girardoteños y ninguna respuesta se obtuvo. Cuando el 19 de marzo advertí y denuncié que estaban llegando buses intermunicipales dejando «esparcidos» a los turistas por toda la vía, desde el Cementerio Católico hasta la Terminal de Transporte, en donde ni un termómetro infrarrojo existía. Ahora sí habla usted de la importancia de la vida, cuando el 24 de marzo a las doce del mediodía le envié a su wasap cuatro fotografías informándole la cantidad de personas que había en el centro de la casi ciudad, y hasta la fecha de hoy no obtengo ningún comentario ni respuesta al respecto.
Si errar es de humanos, corregir es de hombres sabios y humildes. No están dadas las leyes para que aparezcan en un papel y sirvan de enjuague de manos en el futuro (prohibir la entrada de turistas a Girardot), ni para adoptar medidas que afecten a los que siempre se afecta, a los invisibles, a los que tienen que quedarse en casa, incluso sin la posibilidad de mercar, mientras que los de las BMW, los Audi, y las Mercedes, viajan a sus anchas porque el virus estrato 7 no contagia.
En estos casos de medidas no es tanta la inteligencia que se necesita como la sensibilidad que se demuestre.
Nota: Las negrillas son nuestras.
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