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La Cultura en Girardot es como el zapato viejo de la Cenicienta

La Cultura en Girardot es como el zapato viejo de la Cenicienta

Mencionar que «Nosotros dependemos de nuestro papá, Alcaldía», al hacer referencia al presupuesto del Instituto Municipal de Turismo, Cultura y Fomento de Girardot, más allá de ser inexacto partiendo de algunos análisis que deben hacerse para desvirtuarse, es adoptar una posición prevenida ante algunos cuestionamientos que pueden resultar de observar el ente con detalle.

Esa fue la sentencia lapidaria de Néstor Jair Parada Bermúdez, director operativo de la Alcaldía de Girardot, y presidente ejecutivo (D) del Instituto Municipal de Turismo, Cultura y Fomento, antes de iniciar la sustentación ante el Concejo, del presupuesto proyectado para Cultura 2021.

Es inexacto porque cualquier parroquiano desprevenido podría entender que el Instituto no tiene de dónde echar mano, si no es del dinero de la Alcaldía, y no es tanto así.

Existe el gravamen de la Estampilla Procultura creado «para contribuir a la financiación del quehacer cultural en las diferentes regiones del país».  No recuerdo que la hubiera mencionado en su exposición. La emisión de esta estampilla se dio mediante el Acuerdo 019 del 17 de junio de 2004.

El gravamen se aplica entre otros a:

«Las actas de posesión de los empleados del municipio […] la tarifa será del 1% del salario a devengar y se le descontará del primer pago de su sueldo».

«Contratos de obra pública que se celebren con personas naturales o jurídicas con el Municipio de Girardot […] la tarifa será del 2% del valor del contrato”.

«El 2% sobre el valor correspondiente al 50% de la sanción prevista para cada caso en el Código Nacional de Tránsito […]».

Así las cosas, el Artículo 5° establece que la destinación del tributo « […] formará parte de las rentas propias del INSTITUTO MUNICIPAL DE TURISMO, CULTURA Y FOMENTO, destinadas principalmente para apoyar la gestión cultural del municipio».

¿Se encuentran al día con el traslado?

Pero también está el dinero proveniente del degüello y pesaje, ¿Es cierto que Ser Regionales le debe al Instituto aproximadamente $80 millones? ¿Que paga a cuenta gotas mes a mes, pero que hace casi cuatro meses que no transfiere dinero? 

¿Es cierto que los impuestos que deben pagar los espectáculos públicos de las artes escénicas no han entrado a las arcas del Instituto durante años?

Ahora hablemos de bibliotecas: el Acuerdo 007 del 17 de junio de 2016 creó la Red Pública de Bibliotecas y Ludotecas Municipales de Girardot. El Artículo 3° indica que «la Biblioteca Pública Municipal que se crea pertenecerá a la estructura administrativa de la Alcaldía, quien se responsabilizará de su adecuada administración, sostenimiento y existencia permanente». Y el Artículo 6° señala que el «municipio nombrará a los bibliotecarios (as) […]».

¿Acaso no es el Instituto quien asume los honorarios de las bibliotecarias? Si a cada una le cancelaran $1 500 000 mensuales hablaríamos de $4 500 000, que multiplicados por 12 meses arrojan la suma de $54 millones de pesos.

Obedeciendo el Acuerdo 007 del 2016, ¿esa suma no le correspondería a la Administración Municipal cancelarla? Eso representaría $54 millones para la caja del Instituto.

Si revisamos dotación de bibliotecas, que se debe entender por libros, solamente hay disponible $15 millones, como quien dice $5 millones para cada una provenientes del Sistema General de Participación (SGP).

Y los contratistas…una fuente me informa que el número reciente, entre Cultura y Turismo, puede llegar a 30 personas, «una más o una menos».  Si esta cifra es cercana a la realidad, se puede calcular que pagando promedio $1 300 000, el valor mensual de 30 contratistas llega a $39 millones de pesos.

¿Es cierta tal cantidad de personas en Turismo y Cultura? Porque no se aprecia en ninguna parte el trabajo de tan desbordante talento. ¿Y en pandemia, para qué tantos contratistas? ¡Pregunto…!

Números más, números menos, no es cierto que el Instituto solo dependa de «papá Alcaldía». Puede ser, tal vez, que está mal administrado.

Desde otra arista, es deplorable que el presidente ejecutivo delegado ubique en el pedestal de «cosas muy significativas» la compra de unos uniformes para la Banda, o peor aún, que se debe felicitar por la celebración de los cumpleaños de Girardot que se organizó sobre el tiempo. ¿Acaso es un acto imprevisto algo que se celebra anualmente, hace 168 años?

Es inadmisible que con todo el pasado histórico y las ambiciones que proyectan sobre esta casi ciudad, la compra de unos uniformes genere tal exaltación y tal frenesí, como si se tratara de un aporte invaluable a la cultura e identidad del municipio.

En verdad, Cultura continúa peor que la Cenicienta. Ha terminado siendo el zapato viejo de esta. No se ha nombrado Consejo de Cultura desde hace más de dos años; en junio o julio de 2020 se convocó a la sociedad civil para la conformación de la Mesa Directiva del Instituto Municipal de Turismo, Cultura y Fomento, y hasta ahora el Alcalde no ha seleccionado a sus integrantes.

No es que el Instituto no sea viable, es que ninguna empresa repunta si constantemente tiene un nuevo gerente, y peor, si quien se sienta allí no sabe nada de procesos culturales, ni de gerencia y gestión cultural. Este año el Instituto ha registrado, si mal no recuerdo, cuatro presidentes ejecutivos delegados: Juan Galvis, Ricardo Humberto Meléndez, Ernesto García Valderrama y Néstor Jair Parada Bermúdez. ¿Así cómo?

Dice el Acuerdo 017 del 17 de junio de 2004 que el Instituto Municipal de Turismo, Cultura y Fomento es un «establecimiento público […] descentralizado con […] autonomía administrativa y patrimonio independiente […]».

Entonces, ¿por qué este híbrido, que no permite avanzar a Girardot en lo fundamental, lo cultural?

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.