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Historia de un casi museo en la casi ciudad

Historia de un casi museo en la casi ciudad

Realizado el balance de cuatrienios finalizados son suficientes las pruebas y los hechos de que Girardot ha sido mal administrado; ha sido conducido al despeñadero por personas indolentes por acción, omisión o inacción. No se sorprenda nadie si se concluye que la mayoría de las veces ha prevalecido groseramente la inacción.

El reportaje que publicaré próximamente lo demuestra una vez más. Cómo la inacción de la gobernanza municipal dio al traste con la creación de un museo en la casi ciudad. Aun entendiendo que la desesperanza que disminuye a demasiados girardoteños, no siempre por responsabilidad de terceros sino de ellos mismos, lo consideren innecesario o insignificante, fue un «importaculismo» lo que afectó, sin lugar a duda, la cultura, la infraestructura turística, y el robustecimiento económico del municipio.

Esto empieza en abril de 2016 durante la construcción de la vía 4G (Cuarta Generación de Concesiones Viales) en el tramo Girardot-Guataquí. En la remoción de suelo para la construcción, reforma y ampliación de la carretera, durante aproximadamente 20 meses en la que participó un grupo de arqueólogos encargados de rescatar y cuidar el patrimonio arqueológico que se encontrara en la construcción de la vía, se identificaron doce sitios arqueológicos importantes, según me indicó en una entrevista la arqueóloga Liliana Buitrago Orjuela, (jefe del proyecto arqueológico Girardot-Guataquí).

En ese hallazgo fueron visibles sitios funerarios, sitios domésticos; «sitios que pueden ser concebidos como lugares de comercio e intercambio en la era prehispánica», según lo confirmó la arqueóloga.  

Aquí comienza la historia de no contar: es que no deja de sorprender tanta apatía y desapego con respecto a los hallazgos que corresponden a dos periodos importantes: uno, de comunidades prehispánicas que posiblemente correspondan al periodo entre el año 8 a. C. y 2 a. C.; el segundo hallazgo pertenece al periodo comprendido entre el año 10 al 16 d. C. De este último es del que más registros arqueológicos existían a la fecha de mi investigación, con la posibilidad de que las que aun perduren pertenezcan a comunidades con las que se encontraron los españoles durante la colonización, afirmó nuestra fuente.

Se habla de aproximadamente 124 000 fragmentos de cerámica: 123 vasijas entre completas, semicompletas y fragmentos importantes. Además de 5000 fragmentos de líticos, que hace referencia a la piedra tallada o pulida que trabajaron las comunidades prehispánicas.

Ante la necesidad de dejar el material arqueológico en un sitio adecuado, y siendo el Municipio de Girardot, en mis palabras, el que tenía el derecho natural de poseerlo, fue oportunamente informado por la persona responsable de hacerlo. En ese desgraciado periplo en el que pesó más la pereza administrativa y la ignorancia que la historia misma, mínimo intervinieron veinte actores entre personas naturales e instituciones; siendo más el número de entes oficiales.  

Pero el fracaso de la gestión que, por supuesto, comienza en casa, es decir en la casi ciudad, también tuvo la intervención de entes departamentales y nacionales que como llegaron, desaparecieron. Nuestra fuente lo explicó perfectamente cuando advierte que, en determinado momento, «Todo comienza a entrar a (sic) un espacio de lentitud suprema».

La dificultad infranqueable fue conseguir o adecuar una bodega de 21 x 4 metros de área, provista de aire acondicionado. Lo que refleja la incapacidad humana y profesional de los directamente responsables en ese momento.

Quiénes debían ser los responsables directos: el alcalde designado en ese momento (el exalcalde César Fabián Villalba Acevedo se encontraba privado de la libertad); las coordinadoras de Cultura y de Turismo respectivamente.

De otro lado, de una u otra manera hubo personas o entidades que estuvieron enteradas o vinculadas con el tema al ser invitadas para conocerlo, o estuvieron parcialmente relacionados sin la responsabilidad de los mencionados anteriormente. Estuvo presente, de cierta manera, la Universidad de Cundinamarca (UDEC), la Universidad Piloto de Colombia -seccional Girardot-; el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Girardot; la Biblioteca del Banco de la República; dos presidentes del Concejo Municipal de Girardot, y otras personas que luego mencionaré. En representación del Departamento, el Instituto Departamental de Cultura y Turismo de Cundinamarca (IDECUT), mientras que en el ámbito nacional el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).

Ante el fracaso, producto de la inacción pétrea que mantuvieron los responsables directos, el municipio de Tocaima aceptó las muestras arqueológicas a finales del 2019, ya que, por ningún medio, luego de transcurridos dos años, fue posible conseguir una bodega o adecuar un espacio de la Administración Municipal para almacenar, proteger y salvaguardarlas.

Todavía estoy negociando conmigo mismo si coloco los nombres de las personas relacionadas con el tema, no como escarnio público (de hecho, no mencionaré apreciaciones personales ni juicios de valor expresados sobre ninguna de ellas), sino porque quiérase o no, hacen parte de lo sucedido, dado el cargo que desempeñaban en el desafortunado momento de esta triste historia que relataré con detalle en mi reportaje.

Sorprende y desconcierta cómo se realizan esfuerzos, a veces inconmensurables bajo el imaginario de que no hay dinero, para alcanzar metas más onerosas y menos importantes, pero en cambio, ante empresas tan importantes como esta, se desconoce cualquier relevancia y se las desecha sin vergüenza alguna.

Aquí, en la casi ciudad, politiqueros y críticos esporádicos se manifiestan preocupados por la imagen negativa deja el exceso de consumo de alcohol y la  prostitución, -las que todos quieren tapar con un dedo-, mientras que promueven o miran para otro lado cuando literalmente se botan oportunidades como esta que cuestan menos de $10 000 millones como los que despilfarró (por no señalar algo calumnioso) el exalcalde Lozano con los muñecos que después de 18 meses siguen siendo invisibles para la comunidad.

En Girardot sobresale el turismo de papel, ¿cuándo se comenzará a pensar en serio y a decir la verdad sobre nuestras limitantes para ser importantes y competitivos con el resto del país?

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.