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Girardot, la menos educada

Girardot, la menos educada

Hace muchos años una madre a la que le pregunté si no le preocupaba que su hija de seis años, estudiante de un colegio privado en Girardot, tuviera tantos días sin clases, me contestó: «la niña no me estorba en la casa».

Podría decirse que con visores similares han visto durante décadas los gobiernos locales la situación de la calidad de la educación en Girardot: tanto les preocupa el futuro de los estudiantes, que en realidad han hecho muy poco para mejorarla.  

Andrés Oppenheimer, periodista argentino, es autor del libro ¡Basta de historias!; recomendado para que alcaldes, gobernadores y secretarios de Educación municipales y departamentales entiendan, no como discurso aprendido y conveniente sino como estrategia de gobierno, la importancia de «[…] empezar a trabajar en la principal asignatura pendiente en nuestros países (o en Girardot), y la única que nos podrá sacar de la mediocridad económica e intelectual en la que vivimos», la calidad de la educación.

La Secretaría de Educación de Girardot en un documento de Gestión de la Calidad Educativa de 2023, muestra el promedio global de Secretarías certificadas de Cundinamarca, en donde aparece Girardot en último lugar después de Chía, Mosquera, Facatativá, Zipaquirá, Funza, Fusagasugá y Soacha.

En Lectura Crítica; Matemáticas; Sociales y Ciudadanas; Ciencias Naturales e Inglés, obtuvo los promedios más bajos. Hay que decir que la media de los otros entes certificados tampoco son las mejores, entonces imaginen qué es ser el peor entre tantos regulares.

Habiendo retrotraído estas estadísticas aterricemos en el presente: entre el 17 y 19 de julio se realizó un simulacro en la Universidad Cundinamarca, seccional Girardot, para diagnosticar en qué estado se encontraban los estudiantes, ad-portas de las Pruebas Saber 11, que se realizaron el 18 de agosto pasado. El ejercicio pedagógico deja más preocupaciones que optimismo.

Los resultados arrojaron que el promedio entregado por las ocho instituciones que participaron en la jornada (Policarpa Salavarrieta, Manuel Elkin Patarroyo, Anexa Normal María Auxiliadora, Departamental Atanasio Girardot, Francisco Manzanera Henríquez, Institución Educativa Fundadores, Luis Antonio Duque Peña y Nuevo Horizonte) en ninguna se superaron los 40 puntos sobre 100.

Aclaro que obtuve los promedios sumando los resultados individuales y dividiendo por la cantidad de colegios participantes. Es posible que el cálculo por parte del ICFES o entidades responsables de entregarlos oficialmente tengan procedimientos diferentes con variables no presentes en este breve análisis.

El promedio en Matemáticas fue de 30.97 puntos; Lenguaje, 38.4 puntos; Sociales, 30.22 puntos; Ciencias Naturales, 29.26 puntos, e Inglés, 39.31 puntos.

Si la ubicación en el 2023 entre las Secretarías certificadas era una preocupación que debía atenderse de inmediato, si estos últimos resultados se confirman con las pruebas oficiales, entonces hay que volver a hacer la misma pregunta: ¿qué se está haciendo por la calidad de la educación en la casi ciudad?

En entrevista realizada al secretario de Educación, Edgar Excelino Mayorga Espinosa, que publicamos en nuestra página de Facebook, se reafirma en señalar que al menos el 2024 no va a ser fácil, sobre todo porque sigue rondando el espanto de la iliquidez, se deduce de sus palabras.

No obstante, otras declaraciones del jefe de la cartera hacen pensar que aunque las dificultades persisten, en los tres años restantes del cuatrienio hay estrategias claras para implementar en el sistema educativo, principalmente en el sector público, para que esa tara repetida durante años y décadas empiece a ser superada y Girardot, entonces, entienda que su futuro inmediato no está exactamente en el turismo sino en la educación, que en términos generales es la que podría dar valor específico al turismo y a otros sectores económicos de la casi ciudad.

Lo dice Oppenheimer cuando en su libro habla de lo que ha alcanzado Corea del Sur desde la educación: «[…] Corea decidió que para crecer necesitaba exportar, y que para exportar necesitaba producir, y que para producir necesitaba educar», haciendo alusión, entre otros aspectos, a la intensidad horaria exigida a los estudiantes. Otro tema al que en Girardot se le hace el quite, verbigracia la anécdota del inicio de la columna.

Y ni hablar de bilingüismo, que dejándolo claro, en ningún colegio de Girardot se aplica. Al menos no como el concepto pedagógico lo exige. (Si existe, interesante conocerlo de cerca).

Porque hablar de educación no es un tema menor cuando se registran altos índices de delincuencia. Qué revelador podría ser que, así como se publica el prontuario de cada uno de los capturados por diferentes delitos, también se publicara el nivel de educación que cada uno de ellos ha alcanzado; de pronto y me equivoco en mi apreciación, o en cambio, se demostraría una vez más que entre menos educación mayor es la probabilidad de delinquir. Advertencia, no se tenga en cuenta a los pícaros de cuello blanco en donde esta premisa es diferente: a mayor preparación académica, mayor talento para la corrupción.

Lo he mencionado en otros artículos similares, no se combate eficientemente la delincuencia si no hay estrategias culturales, educativas y laborales que coadyuven con el propósito. Sin pretender salirme del tema principal, Girardot solicita a gritos especialistas en criminalidad y delincuencia que tengan la experiencia de que a través de la educación y la cultura se llega a la paz y a la tranquilidad en los territorios.

Un estudio sobre violencia homicida en Medellín establece en uno de sus ítems que se debe tener en cuenta para la muestra censal, entre otros dos elementos, el promedio del nivel educativo de la población.

No me canso de repetir: ninguna medida represiva soluciona por sí misma la problemática de la delincuencia y el homicidio si no se acompaña de políticas públicas y procesos definidos en cultura y educación. Por décadas Girardot ha sido ejemplo de lo primero.

 *Condecoración Periodismo Vivo Antonio Nariño 2024, Mérito a la Mejor Columna de Opinión.      

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.