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El hueco que a nadie le importa

Plus Publicación ha seguido de cerca cómo algunos entes municipales han sido incapaces de eliminar la amenaza que hace más de dos meses está presente en el cruce de la calle 18 con carrera 8°, exactamente a menos de una cuadra de la oficina de Prodesarrollo, en las instalaciones del Cuerpo oficial de bomberos de Girardot.
Han transcurrido los días, las semanas, los meses, sin que el hueco que se ha formado dejando hundir la tapa de la recámara hasta el fondo, se haya reparado. Unas guaduas al mejor estilo de vereda asoma desde la profundidad, anunciando con un trapo rojo el inminente peligro que amenaza a todo peatón o conductor que ose pasar por allí, y adornando la entrada principal de un sector hotelero de mayor tradición de la casi ciudad.
Ese hueco, esas guaduas, esa intimidación inminente e inconcebible, esa decoración improvisada y burda, está a menos de cien metros de quien debe coordinar la gestión del riesgo y del desastre; la misma persona que se sienta en la silla de Prodesarrollo.
Ese vacío que amenaza con enviar a un motociclista a urgencias o fracturarle la cadera o la pierna a un anciano o a un niño, se encuentra exactamente a cuatro cuadras de la administración municipal; Secretaría de Gobierno, Infraestructura, Planeación, Secretaria de Salud…nadie ha movido un dedo para que eficientemente se termine con el cráter urbano de la 18 con 8°. Y si de pronto alguno de los mencionados accidentalmente ha movido un dedo, lo ha hecho con la lentitud de la tortuga.
Plus Publicación empezó por establecer contacto con aquellos que presumiblemente podían ser los propietarios de la recámara. Ni Acuagyr, ni Empresa de teléfonos de Girardot (ETG) tienen alguna responsabilidad con ella. Es más, Rubén Darío Bonilla, quien manifestó ser auxiliar de protección de la ETG, fue hasta el sitio del problema ratificando que la tapa no pertenece a ellos sino a la Empresa de teléfonos de Bogotá (ETB).
Entonces me comuniqué telefónicamente con el señor Juan Pablo Rueda Carvajal, según me informó, trabajador de una firma contratista que soporta la labor operativa de la ETB. En ese mismo momento me entrevisté personalmente con el señor Héctor Salgado, coordinador del punto de atención en la ETB, ubicado en la carrera 5° con calle 20B, en el Alto del Rosario; se comprometió a enviar al contratista al sector del hundimiento de la recámara.
Unos días después, el mismo señor Juan Pablo, inspeccionando el lugar me confirma que la tapa les pertenece, pero que los cables dentro de la recámara tenían la marca de Telecom (pudimos constatarlo en el sitio de la depresión). Es decir, tampoco es asunto de ETB.
He intentado contactarme con Telefónica, que entiendo resulto de la fusión de Telecom con otra empresa de comunicaciones. No porque sean ellos al final los responsables de esta recámara, sino como se hizo con las otras empresas, poder afirmar o descartar su propiedad y responsabilidad sobre la misma. No ha sido fácil comunicarse con ellos ya que no he encontrado un representante en Girardot y no encuentro números telefónicos para contactarlos (al menos yo no los he ubicado).
Pero más allá de cualquier indagación preliminar, el municipio debería asumir el costo del arreglo de esta recámara desterrando este peligro que ya va para los noventa días, y continuar con la búsqueda de la empresa a la que le pertenece, para que se le entregue la cuenta de cobro por los trabajos realizados. Al final de cuenta es la administración municipal, en primera instancia, la responsable de la seguridad y ornato de la ciudad.
Pero el periplo buscando una solución a esta situación absurda, no por el hundimiento sino por la negligencia que ha rodeado el tema, inicia en Prodesarrollo. Me atendió Lida Fernanda González, quien se presentó como Directora ejecutiva de Prodesarrollo. ¡Mucho nombre para tan poca capacidad de gestión!
Con una altivez superior a su capacidad de escuchar y solucionar situaciones inherentes, de alguna manera, a su cargo, exigió que si quería que ella gestionara al respecto tenía que radicar una carta comentando la situación.
¡Increíble!, tiene el hueco en la puerta de la oficina, trabaja con la alcaldía, se supone que coordina el Consejo municipal para la gestión del riesgo de desastres, y le queda grande tomar acciones frente a una situación que de alguna manera le compete. Mínimo, por el solo hecho de vivir en esta casi ciudad que no avanza por actitudes soslayadas, perezosas y miopes como la que acabo de anotar.
¿Cómo entender que una persona con las funciones y atribuciones que tiene esta funcionaria no alcance a dimensionar la importancia de su participación en solucionar un problema, que si bien es cierto no deriva de tsunamis, ni volcanes, ni inundaciones, sí puede evitar que una persona sufra un accidente que incluso pueda afectarla de por vida?
Otra jugadora del jueguito del ping-pong; ante tantas obligaciones y desastres naturales que a diario tiene que atender en Girardot, no tiene el tiempo suficiente para aportar a la solución de un viejo problema que practicamente se encuentra en su oficina.
¡Ah!, y a propósito, no me preocupa que la «directora» de Prodesarrollo no vuelva a recibirme en su oficina de juguete. De cualquier manera, seguramente, en 19 días otra persona, ojalá más eficiente, ocupará ese cargo.
*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.