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Concejo de Girardot: 0 - Empresas servicios públicos domiciliarios: 4

Concejo de Girardot: 0 - Empresas servicios públicos domiciliarios: 4

Pasaron sin importancia las citaciones para control especial que el Concejo Municipal de Girardot les extendiera a las empresas de servicios públicos domiciliarios que operan en esta casi ciudad (Acuagyr, Enel-Codensa, Ser Ambiental y Alcanos), sin que al final se reconociera que el agua disminuye, la luz encarece o que las llantas contaminan.

Y no fue relevante, en primer lugar, porque a excepción de la empresa Ser Ambiental, ningún gerente general hizo presencia en el recinto del concejo; las citaciones dieron la gabela de que delegaran un emisario. Hecho que, por supuesto, aprovecharon tres de ellos evitando así preguntas incómodas, reclamos airados o compromisos imposibles de cumplir.

Acuagyr, con una exposición insulsa y gris, no sorprendió con ninguno de los puntos tratados; sobre la construcción de la PTAR queda mucha incertidumbre, incluso de cómo se llevará a cabo su ejecución desde la sinergia empresarial: Alcaldía de Girardot, CAR, Acuagyr.

No se preguntó por qué en los periodos de mayor afluencia de visitantes el flujo del líquido es escaso en cantidad, y bajo en presión. No como percepción sino como realidad.

Enel-Codensa, como era de esperarse, también llegó sin su gerente. Un emisario fue el encargado de hacer alarde de cifras, número de usuarios, obras programadas, con las que logró demostrar el excelente estado financiero en el que debe estar su patrono, pero ninguna explicación convincente sobre el exagerado número de cortes cuando respira un pájaro, o por los daños ocasionados en los electrodomésticos producto de lo anterior. Respuestas aprendidas para preguntas repetidas.

Posteriormente hizo su aparición la empresa Ser Ambiental. Una nutrida delegación acompañó al gerente Carlos Roberto Bonilla Melendro, próximo a entregar el cargo.

En esta empresa me quiero detener.

La exposición, derivada de unas preguntas entregadas por el Concejo Municipal, más administrativas que operativas. Hecho que facilitó que el expositor transitara por un camino liviano, abullonado, con momentos de fantasía y ambientado con un sinfín de reconocimientos.  Tantos, que en un momento llegué a pensar que el gerente sería sacado en hombros del recinto; lo que se había programado como un control especial del Concejo, de manera abrupta se transformó en un acto de exaltación, con intercambio de halagos, obsequios y adjetivos sobrevalorados.

Preguntas importantes, ninguna. Felicitaciones, ¡todas!

No se tocó el tema de lixiviados, por ejemplo. Ni de cómo mejorar la ubicación de los contenedores en la vía pública, algunos obstaculizando el libre tránsito de los peatones. Tampoco se preguntó sobre la ausencia de recolección de basura en algunos puntos de la casi ciudad, en épocas de mayor población flotante. (El 3 de enero de 2019, un lector de Plus Publicación nos comunicó, con evidencia fotográfica, que habían transcurrido 4 días sin que Ser Ambiental recogiera la basura en un sector del barrio La Colina). O si las volquetas únicamente son utilizadas para la recolección de bolsas de barrido y no para la recolección y transporte de residuos sólidos.

El tema de las llantas enterradas en la casi ciudad fue el que más me llamó la atención, sobre todo porque tratado desde la retórica de la empresa no se despejan todas las dudas al respecto. Hay que decir, claro está, que este asunto no se encontraba dentro de las preguntas del cuestionario.

Personalmente el gerente me confirmó que en Girardot hay 4700 llantas semienterradas. (No sé si esa información corresponde a todas, o a las que ellos han «sembrado»). El censo levantado con el arquitecto Orlando Barragán Bergaño nos arroja una cantidad cercana a las 4000 llantas.

El representante de la empresa utilizó todos los argumentos sensibles para convencer de que inundar la ciudad con llantas ¡es lo último en guaracha!, porque o si no ¿él que hacía con ellas?

Lo que más me sorprendió fueron argumentos como: «Para Ser Ambiental lo más importante son los niños», cuando ingeniosamente intentaba explicar que parte de los motivos para inundar los parques con “llanticas”, como las llama él, era ver la sonrisa de los niños mientras las pintaban.

Lo siguiente es más revelador: que el sentido de pertenencia se genera en los niños pintando «llanticas». Bueno, es hora de patentar este descubrimiento porque ante la necesidad de generar sentido de pertenencia y apropiación que tanta falta hace en nuestra casi ciudad, un dato como este es invaluable.

Dijo durante su exposición ante el concejo que la pintura para las llantas de cada parque le costó $50 000. Es decir que si trabajaron en 30 parques, deshacerse de miles de llantas representó un costo de algo más de $1.500.000.00. Relativamente nada frente al mensaje equivocado que se envía generando una cultura errada del reciclaje, y el riesgo de enfermedades vectoriales que pueden provocarse por llantas convertidas en reservorios para criaderos de Aedes aegypti.    

Para nosotros, y para muchas otras personas, es una decisión equivocada sembrar llantas indiscriminadamente, cuando Girardot es una población endémica en dengue, y cuando esta enfermedad ataca con mayor severidad a niños y adultos mayores.

Pero más complejo es que los sitios en donde las entierran, la mayoría que lo hace, no es en El Peñón, o el barrio Blanco o la Magdalena, ni ninguno de los conjuntos cerrados estratos 4 o 5.  Las ubican precisamente, en su mayoría, en sectores de estratos bajos en donde la alimentación y escasos recursos vuelven a sus habitantes más vulnerables y proclives a adquirir la enfermedad. Niños y ancianos expuestos con mayor facilidad al contagio.

Menos aplausos y más control en el concejo ayudarían a fortalecer debilidades y a implementar nuevas estrategias y conductas en el tema de servicios públicos domiciliarios. De otra manera se ahogan los problemas con vítores, serpentinas y, elogio va, elogia viene.

Empalagoso y ampuloso homenaje al ego.

*Las opiniones plasmadas por los columnistas en ningún momento reflejan o comprometen la línea editorial ni el pensamiento de Plus Publicación.