Piel Adentro
Flor de Diamante, la nueva producción musical de Camilo Trujillo. El 8 de marzo será su lanzamiento oficial.
El prelanzamiento del disco será el próximo 14 de febrero, «porque bien lo dice la canción, “el Día de los Enamorados entregué mi corazón”», subraya el cantautor. Se realizará con un video musical en las diferentes plataformas como YouTube, Spotify, iTunes y otras.

Como el mejor presagio para su carrera artística, Fabián Camilo Trujillo Lancheros, el cantor girardoteño, ganó su primer concurso de canto intercolegial el mismo día que su madre cumplía años, un 15 de octubre.
Nacido en Girardot, salió por razones familiares hasta la ciudad de Ibagué en donde fue su crianza. Como allí casi todos los colegios tienen grupo de coro, Camilo recuerda que ingresó a él por descarte. «Nosotros veíamos clases extracurriculares todas las tardes y me metí al coro porque sí me llamaba la atención y me parecía algo tranquilo». Apenas cuando cumplía siete años.
Ensayando para una presentación, la profesora Nubia Consuelo, a quien recuerda con un gesto de agradecimiento, les pidió a sus compañeros silencio para poder escuchar únicamente la voz de Camilo.
—Tú, sigue cantando—dijo Nubia Consuelo.
Y al cabo de un tiempo exclamó:
—¡Este niño tiene talento, necesito hablar con tus papás!
Luego de expresarles las razones por las que ella quería prepararlo para el concurso intercolegial de canto, después de seis meses de ensayos el niño saboreó por vez primera las mieles del triunfo.
Es posible que en el momento que la familia se reunió con la profesora, ni ella ni sus padres alcanzaron a imaginarse de qué manera influiría la música y el arte en la vida de Fabián Camilo.
SU INICIACIÓN MUSICAL
Teniendo Camilo ocho años, la familia regresa a Girardot. A su corta edad piensa que los sueños se le habían truncado porque veía cómo dejaba atrás todo lo que necesitaba para triunfar.
Hoy reconoce que no fue tanto así. Porque cuando llega a la otrora Ciudad de las Acacias se encontraba en la cumbre del éxito el cantante Charlie Zaa, con la canción, «Un disco más».
Eso de cierta manera marcó su vida artística. «Yo me empecé a pegar mucho al modelo vocal de Charlie Zaa, inclusive hasta lo imitaba, era un modelo para seguir», cuenta Camilo.
Aguijoneado por el gusto a la música, y con el escenario a su disposición, empieza a ser visible en el colegio en donde estudiaba, cantando incluso en las izadas de bandera, acrecentándose de manera inesperada «toda la parte artística […]. Yo quería estar cantando a toda hora», es lo que recuerda.
Pero por encima de profesoras, cantantes a seguir, canciones por imitar, el cantor advierte que, «debo hacer hincapié que todo fue por mi mamá. Yo le debo la música a mi mamá porque ella era la que me hacía aprender fonomímicas, ella era la que me hacía aprender canciones, y yo tenía la vena, pero no la había desarrollado. Y es ella la que me insiste siempre, hasta después del coro. Siempre fue muy persistente, la que me inculcaba la disciplina por la música, y era muy pendiente de que yo asistiera a mis ensayos, que tuviera siempre la mejor preparación».
Y reconoce el esfuerzo de su padre por proveer el dinero para pagar sus clases: «El Conservatorio tiene unos talleres formativos especializados en diferentes sectores de la música. Yo decidí ingresar a esos talleres en técnica vocal. Tuve un paso por la universidad del Conservatorio, pero fue muy fugaz. Hice apenas 2 semestres allí, pero siempre traté de seguir formándome, inclusive sin estar en la academia recibía clases particulares siempre. Cosa que le agradezco muchísimo a mis papás, sobre todo a mi papá que era el que proveía el dinero para todas esas clases privadas».
EL POP ES LO SUYO
Para llegar a la música pop, su género actual, con un toque de rock, ritmos colombianos, blues y jazz, Fabián Camilo inicia en su infancia nada más y nada menos que con música colombiana; principalmente con música tolimense, guabinas, pasillos, «todas esas canciones de antaño ibaguereñas». Respaldado además con un rango vocal tenor, lo que lo llevó a «desarrollar una versatilidad vocal muy interesante», la que aprovechó incluso para realizar horas de canto lírico.
Haber escogido en sus inicios esta clase de melodías, le ayudó para «abrir un poco más el oído y tener una percepción de unas melodías bonitas, unas letras bonitas, que yo creo que hacen bastante falta en la actualidad».
Esto, sumado a que papá y mamá «siempre trataron de que yo tuviera la mejor formación. Y en ese camino formativo estaban profesores de canto lírico, de música popular más ciudadana; también tuve hasta un profesor con influencias rock», afirma.
NACE FLOR DE DIAMANTE
La canción Flor de Diamante nace en Rio de Janeiro, Brasil, cuando Camilo cumplía con su sueño Olímpico. Una de esas tardes escucha acordes de guitarra muy cerca de donde se encontraba. Recuerda que caminó lentamente, hasta llegar al lado de Daniel Carvalho Ferreira; otro cantautor que se encontraba también cumpliendo su sueño Olímpico, y con el que se fue a recorrer los bares y los parques de Copacabana, para en una hora de cantarles a raizales y foráneos recogieron 370 reales. «¡Que son $370 000! Nada mal para una hora de trabajo de dos muchachos desconocidos y que están viviendo su sueño», dice orgulloso de ese momento.
A partir de esa experiencia nació la amistad de dos jóvenes suramericanos que más allá de gozarse los Olímpicos de Río de Janeiro 2016, buscaban hacer lo que más los llenaba, ¡cantar! Ser cantores en un momento inolvidable de sus vidas.
Pero como todo en la vida, también hubo «Un poco de soledad, un poco de ausencia, extrañar a los familiares tanto él como yo. Pero sentados en la playa él empezó a mandar esa melodía, y decía»:
—Quiero regalar algo que ninguna mujer se pueda resistir.
Y Camilo introspectivo se pregunta:
—¿Y qué mujer se va a resistir a una flor de diamante?
La canción se comienza a escribir en portugués, o a construir como dice Fabian Camilo. Porque como lo explica, es el idioma que allí se habla, «y mi presente era Río».
Apenas se terminó la construcción de la canción escrita por dos cantores recién conocidos, la pusieron a sonar en las calles, playas, bares y restaurantes para que el público fuera el que decidiera su permanencia. De ese momento, en la retina de Camilo quedó grabado que «las mujeres quedaban encantadas y todas recibían la flor de diamante de una manera simbólica, pero la acogían…muy emocionantes eran esos momentos».
EL SELLO DE LA AMISTAD
Antes de que Camilo retornara a Colombia, finalizando el 2016, el destino, si así lo queremos llamar, le tiene preparada una sorpresa. De despedida Daniel lo compromete diciéndole:
—Camilo, todas mis canciones, y Flor de Diamante, usted las tiene que hacer un éxito en español, y ese va a ser el sello de nuestra amistad.
Por supuesto que ese momento fue muy emocionante para Camilo, aunque tenía claro «que era una tarea dura», y de largo plazo, señala.
Transcurrieron dos años en los que ya en Colombia intenta acomodarse a su habitual vida. En el 2019, «Recibo un mensaje por Facebook y era Daniel Carvalho Ferreira, que me había encontrado por Facebook. Enviándome una pista musical, diciéndome, Camilo, no olvides Flor de Diamante». Volvió a revivir los recuerdos y el compromiso de dos amigos cantores, que compartieron un sueño Olímpico alrededor de la música.
Con la llegada de la pandemia de la Covid-19 a Colombia, paradójicamente se presenta un momento propicio para trabajar en el tema musical. Habría demasiado tiempo para la creación. Lo primero que había que hacer era adaptar la canción «porque en melodía y en tiempo no me da preciso, perfecto el portugués», dice uno de sus autores.
Una vez escrita la adaptación en español, lo que para Camilo fue muy emocionante, es que «Se empieza a construir una historia a través de instrumentos». Participaron en esta producción artistas girardoteños como Francisco Gómez en los pianos y teclados; Camilo Guzmán, grabando la guitarra acústica; Rafael Muñoz hizo la guitarra eléctrica; Juan Sebastián Méndez con la percusión menor y todas sus adaptaciones; Vanny Jordán, la persona que hace los rapeos y complementa.
De este último, dice Camilo, es un artista chocoano reconocido en París y Lisboa por la salsa y la salsa choque. «Conté con la fortuna que para ese momento él estaba, y teníamos el estudio a disposición», agrega.
GANADORES DEL GRAMMY LO ACOMPAÑAN
Cuando se habla de producciones musicales de alta calidad los detalles son importantes. Por eso Camilo asegura que para ello se quiso dar un paso grande. «Decidimos mezclar con un productor ingeniero muy importante de Colombia, se llama Francisco «Kiko» Castro. Él es ganador de 10 premios Grammy Latino, nominado 24 veces al Grammy. Una persona con muchísima experiencia que ha trabajado con artistas de la talla de Carlos Vives, Fonseca, Andrés Cepeda, Maía, Los Petit Fellas, Cali y el Dandee, Monsieur Periné, ChocQuibTown, entre otros».
El máster lo realizó Carlos Silva. Según el cantor, ganador también de dos premios Grammy Latino.
«Y la verdad que el resultado final es contundente, he recibido muy buenos comentarios de los oídos expertos. Ahora viene el oído más importante que es el oído del público». Lo menciona como uno de los retos más grandes de su vida hasta el momento. Tal vez, porque existe un sentimiento de amistad que quiere respetar a pesar de la distancia.
El prelanzamiento del disco será el próximo 14 de febrero, «porque bien lo dice la canción, “el Día de los Enamorados entregué mi corazón”», subraya el cantautor. Se realizará con un video musical en las diferentes plataformas como YouTube, Spotify, iTunes y otras.
El lanzamiento oficial está programado para el 8 de marzo, Día de la Mujer.
QUÉ LLEVA POR DENTRO LA FLOR DE DIAMANTE
Hay un propósito loable con la letra de esta canción. Para Camilo el objetivo principal es posicionar Flor de Diamante en los listados de música romántica, pop alternativa. Porque «está lanzando un nuevo mensaje también de composición y de lenguaje en medio de estas líricas inadecuadas, en muchos casos, que tiene el reguetón desde mi concepto».
Cree que existen letras inapropiadas en varias canciones de reguetón, «en donde se denigra a la mujer, o se dice, se utilizan las groserías como un arma para lograr ser popular […] yo soy de los que se sienten mal cuando escuchó un niño cantando un reguetón obsceno, porque eso es lo que le estamos dejando a estos niños, y eso que escuchamos se empieza a ver reflejado en nuestra sociedad y así nos comportamos. Y vemos una cantidad de niños queriendo ser hoy los protagonistas de esas pequeñas historias delincuenciales de los reguetones, lastimosamente». Aunque reconoce que «hay reguetones muy bonitos, que tienen un sentido».
Entonces, uno de los propósitos de Camilo es que Flor de Diamante nazca «con un objetivo de elevar un poco el lenguaje musical colombiano, esa escena musical pop romántica que la ha puesto tan en alto artistas como Santiago Cruz, Manuel Medrano, Andrés Cepeda, Fonseca, […] y muchos otros, en realidad, de usar la música como algo divino, como algo único, y es muy valioso ese don y lo queremos aprovechar. Y básicamente eso es parte de la historia de Flor de Diamante».
También hay otra historia que alegra a Camilo, y es que gran parte de la producción se realizó en el estudio que él mismo ayudó a gestionar cuando era contratista del Instituto Municipal de Turismo, Cultura y Fomento de Girardot. Se encuentra en el Vive Digital ubicado en lo que se conoce como «el antiguo Ituc».
Allí se grabó la voz, las guitarras eléctricas y acústicas, percusión menor (panderetas, shaker) y el bajo. En Bogotá se grabó la batería.
Valora que la calidad del estudio se refleja en la grabación de la voz, que, para el cantor, en especial, es algo muy importante. «A mí me encantó el color de la voz que dieron los micrófonos de allá, y algo que lo ratifica es que a la hora de mezclarlo la persona que lo hizo no tuvo mayor problema para poder ejecutar su trabajo», lo destaca positivamente.
En esta gran historia, llena de pequeñas otras historias, falta una muy importante. Que Daniel Carvalho Ferreira, el otro autor de Flor de Diamante, el amigo imprevisto, el gran compositor de canciones bellísimas, no conoce la versión en español. Fabián Camilo dice que hace dos años le perdió el rastro y no ha podido confirmarle que, aunque «pasaron bastantes años, como unos 5 años», ya es una realidad.
Dice que espera que «Flor de Diamante suene mucho, y que genere muchas regalías. Y que algún día yo también le pueda devolver a él todo eso que hizo por mí allá en Río, y que la música pueda ser rentable para nuestras vidas como lo soñamos».
¡Salud, canta autores!