Piel Adentro

Mishell, un transgénero orgulloso de su condición, trabaja en la Coordinación LGBTIQ de Girardot para su comunidad

Para Mishell la sorpresa de quienes asistieron al curso tuvo que ser mayúscula, pensando en que se preguntarían, « ¿pero una persona transgenero qué puede saber de cultura?» Y sin falsa modestia prosigue: « en ese momento es que yo doy la gran lección: es que tu orientación sexual no define tu educación ni tus valores».

Mishell, un transgénero orgulloso de su condición, trabaja en la Coordinación LGBTIQ de Girardot para su comunidad

Sin ser una extrañeza, no es habitual en Girardot encontrarse a una persona transgénero trabajando como funcionaria o contratista en la Alcaldía Municipal.

Justamente por eso, y por considerarla como una oportunidad para reconocer la importancia que tienen todos los seres humanos en la construcción de país, nos acercamos para conocer de cerca a Darío Fernando Ruiz, hoy Mishell Ruiz, o más conocida como Layisa, quien trabaja en la Coordinación LGBTIQ de Girardot.

El día de la entrevista cualquiera habría imagindado que Mishell asistiría exóticamente vestida y maquillada al encuentro en las instalaciones de lo que se conoce como el antiguo ITUC. Pero no fue así. Llegó vistiendo una blusa blanca con manga media larga parcialmente transparente, blue jean y zapatos tenis. Su cabello corto recogido meticulosamente, y un maquillaje que apenas se insinuaba sobre un rostro de facciones que reflejaban calidez. Es decir, absolutamente sobria.

Empezar a hablar con ella fue demasiado fácil por su espontaneidad, disposición a escuchar y la naturalidad y desmitificación con la que vive su realidad.

Natural de Ibagué y proveniente de una familia humilde radicada en el barrio Restrepo de la Ciudad Musical de Colombia, Mishell o Laysa recuerda que empezó sus estudios escolares a los seis años. Llegó hasta 9° grado porque ya su orientación sexual comenzaba a marcar diferencias, y naturalmente a su edad, la vergüenza o la pena infundada por una sociedad conservadora  hizo mella logrando que desertara de su colegio.

LA LIBERACIÓN: LOS DIECISÉIS AÑOS

La liberación y el valor para despojarse de todos los paradigmas sociales le llegaron a Mishell a los dieciséis años, precisamente cuando había decidido transformar su cuerpo y su manera de vestir.

Recuerda que en 1996 « la homosexualidad no era muy bien vista, entonces yo digo: no, en este momento no voy a terminar mi estudio, porque comencé a cambiar mi vida. De pronto mis compañeros me van a criticar, mis profesores, la sociedad, vestida de mujer y estudiando en un colegio, y decidí por pena no terminar en ese momento mis estudios».

En ese paso crucial para su vida el acompañamiento, apoyo y comprensión de sus padres fue fundamental. En ese momento «decido salir de mi casa, empezar a trabajar, a darme oportunidades, a tocar puertas. Llega un momento, cuando a los 29 años decido retomar mis estudios. Termino, me vengo para la ciudad de Girardot al año siguiente y decido formar mi vida acá».

CÓMO MOSTRARSE GAY EN UNA SOCIEDAD CONSERVARDORA

Luego de advertirle a Mishell que las preguntas no van cargadas de mala intención ni morbo, nos relata de manera pausada y clara, por eso es tan fácil entrevistarla, porqué decide revelar su realidad a sus padres : « Llega un momento en que me doy cuenta de que soy niño gay porque empiezo a sentir atracción sexual por niños desde los diez años. Cuando tu organismo comienza a transformarse es cuando tú empiezas a sentir deseo sexual por lo que realmente quieres. Mucho antes, es simplemente juego de niños».

Las relaciones sexuales en ese momento no eran una realidad para Laysa, porque la formación conservadora de sus padres le hacía pensar que « […] si mis papitos se daban cuenta me iban a pegar, me iban a regañar, me iban a cuestionar, entonces decido como guardar mi deseo sexual y expresarlo de otra manera». 

Entonces, cuando comprende que ya tiene su « […] identidad definida digo, tengo que hacer un plus. Yo no puedo quedarme toda la vida encerrado en lo que no quiero ser». Es el momento de descubrirse ante sus padres, hecho que recuerda, fue difícil al comienzo. Hasta que, según cuenta, salen a relucir los conceptos de familia y de sangre, logrando la comprensión y el apoyo incondicional para comenzar su transformación. « Comienzo a hacer mis cambios en mi cuerpo, cambios hormonales, cambios de vestimenta», que eran los que desaparecerían definitivamente a Darío Fernando para darle vida y brillo a Mishell o Laysa..

Ella cree que nada de esto hubiera salido bien de no haber sido por la orientación de sus padres, especialmente por el apoyo de su madre.

Para ella la formación de la familia es la clave también para cuando se habla de niños gais: « Yo pienso que así como se orienta la niña para que estudie, sea una profesional, tenga hijos y se case, igualmente así se orienta al niño. De esas mil maneras se debe orientar al gay».

ENAMORARSE ES DIFERENTE

El amor tiene otra connotación cuando la homosexualidad se ha hecho presente, según la experiencia de Mishell. Como en la viña del Señor, existirán otras historias con finales menos dolorosos, pero no es esta precisamente. Por eso Mishell dice cuando tratamos sobre el tema del amor, « Después del gusto viene el susto. En la vida no todo es color de rosa».

« Las personas transgénero somos personas las cuales conseguimos parejas hetero, que cuando llegan a nuestras vidas se convierten en bisexuales. […] Ellos nos eligen a nosotras por nuestra tendencia a ser femeninas, pero dentro de ellos hay amor y pasión por una mujer, que es lo que realmente quieren. Es una confusión entre ellos guiándose por el lado femenino. Llegando a tal punto que experimentan como uno, tienen relaciones, llegan a enamorarse, pero en decidido momento se van, y van a buscar una mujer».

No hay tristeza en el rostro ni en la voz de Mishell, tampoco resignación. A su edad la madurez ha llegado con sensatez y franqueza. No hay lugar para sofismas ni eufemismos.

Prosigue con la misma tranquilidad: « Muchas de nosotras quedamos con el corazón roto, enamoradas, se nos fue el galán, empezar a construir nuestra vida de cero, a empezar de nuevo […] entonces son relaciones pasajeras, que pueden durar uno, dos, tres años, quizás más, pero siempre vamos a terminar separándonos de la persona que amamos, porque ellos van a buscar a una mujer».

SOBRESALIENTE EN SU ESTUDIO

A los 29 años, cuando Mishell decide reanudar sus estudios, el Programa Nacional de Alfabetización lanzó un proyecto al cual se inscribió. Recuerda que ocurrió en el 2011.

Como una anécdota interesante cuenta orgullosa que « […] salí como uno de los mejores facilitadores siendo transgenero, siendo gay ocupando espacios importantes en medio de profesores de universidad y profesores de colegio».

Piensa Mishell que la sorpresa de quienes asistieron al curso tuvo que ser mayúscula al preguntarse, « ¿pero una persona transgenero qué puede saber de cultura?»  Y sin falsa modestia prosigue: « en ese momento es que yo doy la gran lección: es que tu orientación sexual no define tu educación ni tus valores».  

Termina así su formación como profesor ciclo 1, que corresponde a primer, segundo y tercer grado de primaria. Actualmente esos conocimientos los pone al servicio de la comunidad en el barrio en donde vive, en Puerto Monguí, desde donde se puede ver la majestuosidad del Río Grande de la Magdalena. Allí alfabetiza a adultos mayores, y a niños y jóvenes de familias vulnerables del sector.

MEDICINA NATURAL

También ha tenido la oportunidad de aprender sobre medicina natural. Haciendo servicios generales en una casa de familia, cuya propietaria tenía un negocio de plantas medicinales, ella tan pronto terminaba sus labores llegaba hasta el local, y a medida que llegaban los clientes ella iba apuntando el nombre de cada planta y la utilidad que tenía.

Con el tiempo, asegura, terminó administrando el negocio de la señora ubicado en la plaza de mercado de Girardot. Luego de retirarse un tiempo de ese trabajo, la hija de su anterior empleadora la llamó para que le administrara un negocio de plantas medicinales que se encuentra en pleno Camellón del Comercio.

Siete años trabajó en ese lugar, al que renunció para poder llegar aportar a la Coordinación de LGBTIQ de Girardot.

Mishell tiene las cosas claras para su vida. Ella quiere trabajar para su comunidad, ser una persona útil para la sociedad, « y poder orientar a aquellos niños que pertenecen a nuestra comunidad, servir de ejemplo para ellos para que luchen…».

Ser « un gran líder, ser un profesional, y sobre todo, ser apoyo y ayuda para las personas que lo necesitan. Es la función de cualquier ser humano: nacer, aprender, servir y dejar huella antes de morir».

En Colombia se reportan 180 asesinatos de transgéneros entre el 2008 y septiembre de 2020.