Cultura

El historiador girardoteño Carlos Arturo Rodríguez Bejarano es nuevo miembro de la Academia de Historia de Cundinamarca

Por eso considero que, desde luego, la persona que recibimos hoy aquí como académico correspondiente, es un digno sucesor y heredero de la labor cultural, de la labor de historiador de José Joaquín Niño Espinosa aquí en la ciudad de Girardot. Ernesto Campos García-presidente de la Academia de Historia de Cundinamarca.

El historiador girardoteño Carlos Arturo Rodríguez Bejarano es nuevo miembro de la Academia de Historia de Cundinamarca

El historiador girardoteño Carlos Arturo Rodríguez Bejarano realizó una magistral disertación sobre la vida y obra de Aníbal Villa Navarro, en su posesión como miembro correspondiente de la Academia de Historia de Cundinamarca.

Y aunque lo dijo al final de su lectura, bien vale la pena empezar esta nota con lo que resume y justifica, en gran parte, que hubiese escogido a este médico, periodista, botánico, y tantas otras cosas, como tema principal para ingresar oficialmente a la pléyade de la Academia de Historia de Cundinamarca. «Para nosotros, es el doctor Aníbal Villa Navarro, aquel que trasegó el campo de la botánica, la homeopatía o la ciencia médica, además de miembro del Partido Liberal, cuando fue verdadero Partido, alguien que entendió adecuadamente el papel transformador del corazón y la psiquis humana, desde el papel escrito denominado periódico.

» No ha sido honrado en espíritu, ni se conoce placa alguna conmemorativa del reconocimiento que recuerde su aporte a la cultura y la civilización de Girardot, hasta hoy. Su apostolado médico y periodístico, o periodístico y médico, espera ser retomado».

El acto se llevó a cabo en el auditorio del Banco de la República de Girardot, el pasado sábado 1 de abril, con la presencia de diferentes personalidades de la vida civil girardoteña, e integrantes de la Academia y Centros de Historia de diferentes municipios y departamentos del país.

Intervinieron como invitados, Javier Hernán Lozano Parra, vicepresidente de la Academia de Historia de Girardot, y el doctor Efraín Pastor Nieves.

La Academia de Historia de Cundinamarca aprovechó para rendir homenaje póstumo a la memoria de Carlos Hugo Falcón, director del periódico El Demócrata, haciendo un reconocimiento a este medio que existe desde 1957. Su esposa Blanca Cecilia Monroy de Falcón, y su hija Paula Andrea Falcón Monroy, estuvieron presentes en la ceremonia.

«ESTAMOS RECIBIENDO EN LA ACADEMIA A UN HEREDERO DE JOSÉ JOAQUÍN NIÑO ESPINOSA»

Por petición del mismo Carlos Rodríguez Bejarano, fue el presidente de la Academia de Historia de Cundinamarca quien hizo la presentación formal del académico recipiendario.

En su exposición hizo referencia a varios aspectos que de alguna manera tienen que ver con la historia de Girardot y el Departamento. Inició hablando sobre el historiador, ya desaparecido, Roberto Velandia Rodríguez y su Teoría de Cundinamarca.

Algo sobresaliente que señaló Ernesto Campos García, presidente de la Academia de Historia de Cundinamarca, fue el hecho de que «[…] mencionaba Roberto Velandia que uno de los puntos fundamentales de la Teoría de Cundinamarca era la reconstrucción histórica y cultural del departamento de Cundinamarca. Y que esa reconstrucción histórica y cultural debería llevarse a través del desarrollo del concepto de cundinamarquesidad».

Lo anterior para referirse a que, «[…] desde hace más de 100 años hemos trabajado por ese concepto de lograr la cundinamarquesidad; que nos sintamos orgullosos de ser cundinamarqueses». Reconociendo, por lo mismo, el honor que significa el ingreso de Carlos Arturo Rodríguez Bejarano como el tercer girardoteño miembro de la Academia de Historia de Cundinamarca.

Remembró, cómo el 3 de agosto de 1972, en la sesión solemne de la Academia en Zipaquirá, «con ocasión del sacrificio de los mártires zipaquireños», tomaba posesión el periodista e historiador José Joaquín Niño Espinosa como el primer girardoteño que asumía como miembro correspondiente de la Academia de Historia de Cundinamarca.

Posteriormente, en una visita que hizo la Academia a Girardot, el 7 de octubre de 1972, fue el abogado Jorge Hennessy el segundo girardoteño quien recibió el diploma como académico correspondiente, «en una sesión extraordinaria en el aula máxima del Colegio Santander», convertido 51 años después en parqueadero público.

Quiso aprovechar el presidente, dijo, la presentación ante la Academia de Rodríguez Bejarano, para revisar viejos archivos que consignan las palabras del discurso de posesión de Niño Espinosa en Zipaquirá. Señalando son suficiente realce la visión que tenía sobre la importancia de la historia de la provincia.

Y se percibe algo de complacencia cuando dice, «[…] veía yo cómo lo que planteaba José Joaquín Niño hace más de 50 años, es lo mismo que han venido planteando posterior a los años 60 y 70 historiadores italianos que se dedicaron a plantear teorías sobre la microhistoria, y si la microhistoria era importante, no era importante la microhistoria». Explicando con una frase del periodista e historiador la relevancia que tiene recoger la historia desde fuera de las capitales: «Es que tengo la profunda convicción de que la historia se hace, se vive, se estructura y cristaliza en ese conjunto de pueblos y provincias diseminados a lo largo y ancho del territorio nacional».

Agregando otra verdad insoslayable de José Joaquín, «La provincia, la región, el municipio y hasta la humilde vereda, también tienen sus propios auténticos valores».  

Campos García reconoce en Carlos Arturo Rodríguez Bejarano «el continuador de esa labor para que, desde luego, la importante historia de la ciudad de Girardot se mantenga presente». Labor filántropa que como él mismo lo subrayó, «[…] es un trabajo que muchas veces, o no es muy bien recompensado, o ni siquiera es recompensado, y lo hacen las personas con voluntad, y desde luego su altruismo y su amor, desde luego a su terruño».

Un presagio fue prácticamente el final de su intervención, cuando con claridad meridiana advirtió que «[…] muy pronto lo veremos ascender en el diferente escenario de la estructura académico-administrativa, y desde luego que, a futuro, […] Carlos Arturo, tú nos vas a poder servir, porque vas a ser un factor fundamental también en la parte directiva de la Academia, por esa entrega, por esa voluntad, y por ese tiempo». Reconociendo inmediatamente que, «De pronto me adelanto un poco, pero vale la pena decirlo y lo entusiasmamos mucho más a Carlos Arturo, ¿cierto?», dirigiéndose amigablemente a él.

«ANÍBAL VILLA NAVARRO, FUNDADOR DEL ESFUERZO, PRIMER PERIÓDICO EN LA HISTORIA DE GIRARDOT»

Es el título de la disertación que el académico recipiendario de la Academia de Historia de Cundinamarca, Carlos Arturo Rodríguez Bejarano, colocó a su exposición, de aproximadamente 45 minutos.

Una de las primeras expresiones que mencionó antes de entrar de lleno en el tema fue, «Estoy abrumado por todas las buenas cosas que me están deseando, y eso me preocupa. Eso me preocupa muchísimo, porque es un compromiso […]». Como un preámbulo para insinuar, de manera muy entendible, que en la vida hay que asumir cierta clase de compromisos para aportar, en este caso a la sociedad, a la historia misma.

Advirtió la dificultad que significa hablar sobre Aníbal Villa Navarro, ya que existe muy poca información sobre él y su familia. Aunque no hay certeza de su fecha de nacimiento, dijo el historiador,  se atreve a señalar que fue en el municipio de El Piñón (Magdalena), el 24 de junio de 1957, y falleció en la ciudad de Girardot (Cundinamarca), el 2 de mayo de 1907, a la edad de cincuenta años, según acta de defunción. Su cuerpo fue sepultado en el Cementerio Católico de la misma localidad.

Al hablar sobre la dificultad para la consecución de información, aprovechó para agradecer a la Biblioteca del Banco de la República por los archivos que conserva de José Joaquín Niño Espinosa, sin los cuales «[…] no habría sido posible tener a la mano a José Joaquín Niño Espinosa en el día a día, durante 26 años aproximadamente; del año 51 hasta el año 77 del siglo XX». Haciendo este agradecimiento directo a Alexio Osorio Villegas, gerente de la Agencia Cultural en Girardot.

En su intervención magistral, Carlos Alberto enlazó el momento al que se referiría con eventos de importancia como el ferrocarril, la imprenta, o la cruenta Guerra de los Mil Días, importante por su sangrienta e inútil devastación.

De Villa Navarro comenzó diciendo que «Se hizo acreedor al portentoso título de primer cronista de la ciudad de Girardot, como fundador, director, propietario y administrador de El Esfuerzo, primer periódico en su historia».  Llamándolo al final de su intervención, el Peregrino de la Ciencia.

Dijo que al parecer incursionó en el campo de la Botánica, la ciencia médica, además de pertenecer al Partido Liberal y ser «amigo entrañable» de Rafael Uribe Uribe; de quien señala Rodríguez Bejarano, «[…] el connotado líder militar y político del Partido Liberal y su paso por una o dos guerras civiles».

Entre los hechos destacables como médico, sobresale el haber creado un antídoto para la mordedura de las serpientes. «Creó y patentó un remedio y un procedimiento, la Euformina. El más eficaz y seguro antídoto contra las mordeduras de serpientes, y animales “hidrofogos”, picadas de insectos ponzoñosos, cura cualquier clase de peste en los animales […]», agregó en su exposición.

La única fotografía de la que se tiene conocimiento en donde aparece Aníbal Villa Navarro, doctor en Medicina de la Academia Nacional de Medicina de Francia, es la que aparece publicada en El Esfuerzo, «siendo una muy buena copia del original europeo», según el historiador.

Como designio extraño del destino, Villa Navarro «[…] recomendaba la mordedura de la serpiente cascabel como elemento importante para el tratamiento de aquella enfermedad», es decir, la lepra; de ahí su Euformina que al parecer la producía entre otros elementos, con veneno de crótalo. Paradójicamente «Villa Navarro falleció por la mordedura de una serpiente, los pormenores se desconocen hasta ahora», afirmó el nuevo miembro de la Academia.

SIETE EDICIONES TUVO «EL ESFUERZO»

Sobre el periódico El Esfuerzo, que circulaba cada quince días, el historiador apuntó que, «El primer ejemplar circuló el primero de septiembre de 1906, y el último el 24 de enero de 1907. Para siete ediciones en total». Todo parece indicar, según las cuentas, que tuvo un lapso de vida muy corto, 4 meses y 16 días, contabilizó.

Al describir su estructura, resaltó el hecho de que bajo el título se encontraba un subtítulo, «Paz y adelante», que podría entenderse también como su eslogan. Debajo del título y subtítulo, aparecían «anuncios, comercio, noticias y variedades».

Deseoso de demostrar su capacidad comercial y talante visionario, el expositor subrayó que, «el carácter transatlántico se observa con la promoción de drogas importadas de los Estados Unidos y Europa; brandis y vinos españoles y franceses; cervezas de dos marcas; conservas alimenticias, […]; azúcar refinada alemana», repitiendo con pausa premeditada, «azúcar refinada alemana […]» para luego continuar con «cigarrillos colombianos, los infaltables sombreros suazas, calzado para hombre y señora, extraño para las clases pobres».

Como algo exótico dentro de la publicidad, y más en ese momento, subrayó que llegó a promocionar los procedimientos para remediar la lepra y principalmente la lepra griega, con poemas y cuentos en las siete ediciones que publicó.

Con otra sorpresa. «En el número seis público en idioma inglés la publicidad respectiva, convirtiéndose de paso a nivel local en el primer anuncio en un idioma diferente al español».

Así transcurrieron 45 minutos, en los que el nuevo miembro de la Academia de Historia de Cundinamarca, en su disertación, invita tácitamente a iniciar el reconocimiento a tan importante personaje de la historia de Girardot.