Radio de Acción
«El éxito no depende de la genialidad de uno sino de la constancia», dice César Boris Castro, empresario vinculado al reciclaje en la región
«La verdad es que es un negocio muy dinámico desde el punto de vista financiero, muy bonito y aceptable desde el punto de vista social; hay gente que sin tener muchas opciones de vida puede reciclar y hacerse a una retribución económica».

En una época en donde el medioambiente es un tema prioritario tratado desde las altas esferas gubernamentales de la mayoría de los países del mundo, pasando por las políticas públicas de municipios, poblaciones y veredas, y la ineludible corresponsabilidad de todos los ciudadanos, el reciclaje cobra un valor importante en lo que significa la protección del planeta.
En esta oportunidad Plus Publicación invitó a su sección Radio de Acción a una de las empresas recicladoras de la región, entendiendo que el proceso de reciclar lo que otros arrojan dignifica el trabajo de un grupo de personas que derivan de esta actividad su sustento diario, hasta la manera de influir en la economía de un sector de la población, y por supuesto, contribuir a la protección del medioambiente, que significa la protección de la vida.
César Boris Castro Vega es un girardoteño de 51 años de edad, tecnólogo en Administración de Empresas, que cuenta con 15 años de experiencia en la labor del reciclaje, 6 de ellos al frente de Universal de Reciclajes San Miguel, con bodegas en Girardot y Melgar respectivamente.
Con él dialogamos temas como el de la estigmatización que un sector de la sociedad tiene hacia recicladores y empresarios de este segmento económico; el trabajo pesado que significa laborar en una planta de reciclaje; los materiales que habitualmente se reciclan y los que Universal de Reciclajes demanda del público; cómo tratar de evitar la compra de elementos robados; la exigencia física de esta clase de trabajo y la calidad del personal que se requiere, y otros aspectos que pueden conocerse en la siguiente entrevista, cuyos apartes se pueden apreciar en el video publicado en nuestra página de Facebook.
Plus Publicación: César Boris, ¿qué le llama la atención del negocio del reciclaje?
César Boris Castro Vega: La verdad es que es un negocio muy dinámico desde el punto de vista financiero, muy bonito y aceptable desde el punto de vista social; hay gente que sin tener muchas opciones de vida puede reciclar y hacerse a una retribución económica.
Desde el punto de vista también social permite que se recicle, que es una necesidad que tenemos en este país y que todavía no entendemos, que apenas estamos aprendiendo. Nos falta demasiado para llegar a un modelo de reciclaje óptimo que se pueda comparar con niveles internacionales.
P.P. ¿Económicamente cómo aporta al desarrollo de un municipio el negocio del reciclaje?
C.B.C.V. Yo creo que baja mucho los niveles de delincuencia. Mire, el que opera el reciclaje es una persona que no ha tenido un nivel de escolaridad alto; para que usted se dedique a reciclar de oficio no se necesita de ningún estudio, simplemente sentido común, ganas, y a veces necesidad. La pura necesidad de que, «no hay trabajo, no tengo estudios, ¿qué me pongo a hacer? ¡Ah!, entonces reciclemos».
Le sirve a una ciudad porque la gente ocupada y teniendo un ingreso no delinque. Claro que dentro del medio dicen: «Estos se dedican a robar tapas de alcantarillas, se dedican a robar medidores de agua»; obvio, eso es como en todo gremio, hay la variante de la delincuencia. Es despectivo hacia nosotros porque creen que somos los responsables de todos esos males, pero no necesariamente.
Nosotros aportamos porque le damos una opción válida al municipio; allí hay unos centros de acopio, unos centros de reciclaje que minimizan el impacto de la basura porque separan el reciclaje y no todo se convierte en basura, aumentando la vida útil del relleno sanitario de una ciudad.
Mientras no se meta al relleno sanitario sino lo que realmente son desechos y se pueda lograr casi la recuperación de todos los materiales que sean reciclables, por supuesto que uno está aportando demasiado al municipio y a la gente que vive de este negocio.
P.P. ¿Cómo es la competencia de este negocio en Girardot?
C.B.C.V. Alrededor de 30 personas tienen establecida una bodega, la competencia es dinámica y es buena […].
Y la competencia ha crecido porque la población ha crecido, y el mercado se reparte. Cada cual trata de montar su negocio y salir adelante con él, pero es muy bueno porque hay mayor oferta de bodegas para la gente.
En esto también influye mucho el transporte del material que uno va a reciclar; entonces con una, dos o tres bodegas se complica el asunto. Entonces, si hay por toda la ciudad la opción de usted llevar y no tener que trasladarse de un sitio a otro, va dejando el valor del reciclaje en un valor del transporte, pues es bueno tener varias opciones.
Hay bastante competencia, y Girardot es una ciudad bastante competitiva en precios. Muchas veces usted encuentra compradores que vienen de Bogotá o de grandes ciudades pensando que aquí como pueblo tenemos precios baratos. No, aquí se paga el reciclaje muy bien pago; hay reciclaje que se paga mucho mejor que en ciudades capitales.
P.P. ¿Ustedes, en la empresa qué clase de materiales reciben como reciclables?
C.B.C.V. Bueno, reciclables hay una cantidad, pero los principales son: en metales existen los metales ferrosos y no ferrosos; los ferrosos, como su nombre lo dice, contienen hierro en su componente principal, al que comúnmente lo llamamos chatarra. De pronto una silla que se dañó, una nevera que se dañó, una reja, varilla, la recolección de una construcción, eso es chatarra.
Se reciben metales no ferrosos como el aluminio; la cervecita, la gaseosa que usted se toma en envase de aluminio, eso se recicla. La perfilería de ventanería (sic). Entonces, todo lo que viene con aluminio, cobre o bronce.
Lo más emblemático en el reciclaje es el tema de la botella PET, el cartón y el papel archivo; de todas maneras, también se recicla el plástico.
P.P. ¿Y cuál es el fuerte de Universal de Reciclajes San Miguel?
C.B.C.V. Nosotros nos orientamos más hacia los metales. A pesar de que compramos estos productos que le digo, que son emblemáticos, somos fuertes en la recolección de chatarra, materiales no ferrosos como cobre, bronce, aluminio, antimonio, acero. Esos son los más fuertes en nuestra empresa.
P.P. ¿Qué tan fácil o difícil es contratar personas para este oficio? He visto que es un trabajo fuerte.
C.B.C.V. Es bastante difícil, porque desde que se llega al punto de acopio hasta que se va hay algo para hacer. Aquí no hay nada para descansar, correr un tiempo sin hacer nada. El reciclaje es tan dinámico, tan dinámico, que usted puede trabajar las ocho horas de su jornada laboral completa y queda algo pendiente para el siguiente día.
Entonces, no todo el mundo aguanta el ritmo de trabajo. Por la estigmatización que existe, no a todo el mundo le gusta que lo vean trabajando con reciclaje. Pero comparativamente con otras ciudades la fuerza laboral de Girardot es muy mínima.
Personalmente, que viajo dos o tres veces a la semana a hacer comercio y comparar la calidad de trabajo de la gente de ciudad, donde hay más necesidades, mayor velocidad de trabajo, hay mejor calidad de gente para trabajar que con los que contamos acá en Girardot.
P.P. ¿Hay un estigma con el reciclador callejero como con aquellas personas propietarias de esta clase de negocios?
C.B.C.V. Pues no podemos decir que se llame un estigma, o tal vez sí. Alguna gente es despectiva al decir, «¡huy!, llegaron los de las basuras!», «¡llegaron los basureros!», o cuando de pronto en la calle ven a un personaje empujando una carreta, cargando un costal, tienden a utilizar un término como «desechable».
Cuando se es empresario en este negocio también, la gente no es muy receptiva a tenerlo a uno como vecino, pero de todas formas es como usted maneje su empresa, maneje el negocio.
Si usted es un modelo de vecino en términos de no ocupación de espacio público, limpieza frente a sus bodegas, a sus locales, pues la gente empieza a entender que nosotros somos parte del inventario del municipio, como lo puede ser una estación de bomberos, un centro médico, o algo más. Es una necesidad tener este tipo de bodegas.
P.P. Algunas veces la estigmatización llega al punto de generalizar que en esta clase de negocios son reducidores. ¿Cómo se controla este riesgo al interior de la empresa?
C.B.C.V. Básicamente es como decimos nosotros los colombianos, malicia; usted no puede recibirle a un reciclador de calle que está con un costal en la mano, con una carretilla, dos o tres registros de agua cuando el hombre no tiene casa de donde salgan los tres registros.
Pero si usted, en su casa llegó la empresa y le dijo, «venga, le voy a cambiar ese registro porque no sirve», y usted pide que se lo dejen, y me lo lleva a la bodega, ¡claro que se lo compro! Porque tiene una lógica, usted puede generar al menos un registro cada cinco años.
Es simplemente ver quién puede producir equis cosa. La tapa de alcantarilla, aquí en Girardot este mercado realmente no se ha desarrollado, no hay tanto faltante de tapas como en Bogotá o Cali que es un problema de marca mayor. Acá no, porque nosotros no compramos; si la gente no compra, la gente no se la roba.
Pero si me llega alguna vez un administrador de un conjunto y me dice que cambiaron las tapas de los pozos sépticos del conjunto, y el hombre me trae un documento en donde dice que me va a vender ocho o diez tapas, pues se las voy a comprar. Ya uno dice, esto no hace parte del inventario de la ciudad, y uno lo compra […].
P.P ¿A qué atribuye el crecimiento comercial de Universal de Reciclajes San Miguel?
C.B.C.V. Todo el mundo tiene un decir, «todos los chatarreros tienen plata»; «ese negocio es bueno». Y usted ve mucha gente montando una chatarrería o una empresa de reciclaje. Algunos por errores personales o administrativos no perduran; aquí ya existimos personas que estamos en el gremio hace muchos años.
Y es que todo es constancia. Yo pienso que el éxito no depende de la genialidad de uno sino de la constancia; y el reciclaje es un negocio de siete días a la semana, de 365 días al año. Hoy me voy a dormir a las diez u once de la noche, y hay gente que sigue en la rumba hasta las cinco o seis de la mañana. Ellos están generando residuos susceptibles de ser reciclables.
El reciclaje es un negocio dinámico los 365 días al año, y uno no da abasto. Entonces se permite crecer si uste se organiza.
Nosotros arrancamos con poco plante, como empresa poco a poco fuimos gestionando la compra de un vehículo, luego que otro vehículo, aperturando otra bodega con más gente trabajando para nosotros […].
Se crece y se va creciendo; hay veces que se expande como hay veces que se contrae. […] este trabajo lo desborda a uno totalmente; pero si se organiza le permite crecer bien.