Punto de apoyo
Girardot se llena de ramas secas y hojarasca. Otro problema de espacio público
De tres o cuatro meses hacia acá es recurrente encontrar colgando de los andenes, como guirnaldas de Navidad, abundante ramaje cortado de los árboles del lugar esparcido arbitraria y abusivamente impidiendo el tránsito seguro de los peatones, y afeando el sector sin que ninguna autoridad proceda para evitarlo o sancionarlo.
Como si Girardot no tuviera suficiente con la invasión del espacio público por parte de un gran número de comerciantes formales (los más desordenados), y los vendedores estacionarios o ambulantes, hay un nuevo fenómeno que empieza a asfixiar espacial y visualmente el municipio, son los residuos sólidos originados por la poda y tala de árboles.
De tres o cuatro meses hacia acá es recurrente encontrar colgando de los andenes y de los cables como guirnaldas de Navidad (ver fotografía principal), abundante ramaje cortado de los árboles del lugar impidiendo arbitraria y abusivamente el tránsito seguro de los peatones, afeando el sector sin que ninguna autoridad proceda para evitarlo o sancionarlo.
Lo inconcebible del asunto es que el ramaje no permanece unas cuantas horas, o un día en el sitio, sería comprensible. Lo increíble es que en muchas ocasiones puede durar perfectamente 25 días o más, hasta que la intemperie termina por convertirlo en basura diminuta que se esparce por la cuadra, el barrio, el pueblo.

Es como si por consecuencia de la falta de autoridad y respeto por los peatones y quienes transitan con sus vehículos por las vías, se decidiera tácitamente que se vayan desintegrando lentamente ante la mirada condescendiente e indolente de quienes laboran, habitan, o transitan por el lugar.
Durante todo este tiempo ninguna entidad asume la responsabilidad de solucionar el inconveniente. A la Policía, para nombrar la autoridad más visible para estos casos, le compete directamente esta situación, ya que prácticamente es la primera en conocer la situación porque tiene la posibilidad de encontrarse con la evidencia de la invasión del espacio público durante sus recorridos diarios.
En el Código Nacional de Policía y Convivencia es clara la competencia. En el TITULO XI, SALUD PÚBLICA - CAPÍTULO II (LIMPIEZA Y RECOLECCION DE RESIDUOS Y ESCOMBROS), y en el TÍTULO XIV, DEL URBANISMO. CAPÍTULO II. (DEL CUIDADO E INTEGRIDAD DEL ESPACIO PUBLICO), en este último el artículo 140 es claramente explícito.
Pero tampoco se ve actuar a la Corporación Prodesarrollo desde gestión del riesgo, entendiendo que una cerilla encendida puede provocar una conflagración con consecuencias inciertas, seguramente lamentables por los daños materiales que puede ocasionar, o en la integridad física de las personas que se encuentren cercanas a lugar.
La situación es más confusa y compleja si se tiene en cuenta que son varios los actores que independientemente, y en situaciones aisladas, pueden ejecutar las podas o talas de acuerdo a sus necesidades. Alejandro Uribe, funcionario del DATMA, hace algunas semanas indicaba que empresas como Enel-Codensa, IAMSA, la Alcaldía Municipal de Girardot, el mismo DATMA, realizan podas de acuerdo a sus actividades diarias. Pero también las pueden hacer las empresas de telefonía o comunicaciones. Otras veces son los mismos propietarios de los establecimientos comerciales o viviendas quienes las ejecutan solucionando sus problemas de inmediato pero perjudicando entorno, ornato, seguridad. Con un agravante que es el centro del problema, la mayoría de las veces no se sabe quién fue el que realizó la poda. Porque así como hay entidades juiciosas que realizan la recolección inmediatamente, hay otras que provocan el desorden y la anarquía.

Hay un desprendimiento sentimental hacia la tierra en donde han crecido y de donde derivan su sustento diario; un desarraigo y una negación absoluta del otro como ser importante y con derechos, como el de la movilidad. No les interesa en lo absoluto, (empresas privadas o personas) llenar los andenes y los separadores de las vías con ramas que se convierten luego en hojarasca; obstaculizar el paso peatonal; vender una lamentable y negativa imagen al turista o visitante, porque, al parecer, esos conceptos de empatía y convivencia van en contravía con su filosofía de vida en donde primero yo, segundo yo…décimo yo, se impone sobre los demás.
En algunas fotografías se pueden observar los chamizos tostados por el sol a través del tiempo, evidencia clara del prolongado tiempo en el que han permanecido tiradas las ramas en el espacio público, sin que autoridad alguna haga lo pertinente.

Desafortunadamente en Girardot se adoptan las modas negativas, no los comportamientos cívicos y ciudadanos que conlleven a la construcción de una ciudad decente.
Mucho hay que discutir sobre la manera en que se recolectan y disponen los residuos sólidos en el municipio. Es urgente analizar y señalar lo que es dañino para la imagen y la salud de quienes viven en Girardot.
Por ahora, ¿quién corregirá este fenómeno que empeora la situación de limpieza, orden y ornato del municipio? ¿Acaso estamos pasando de la invasión de llantas viejas (más de 4000), a la de chamizos y hojarascas porque no hay quien los recoja?