Medioambiente

Cortolima emprende campaña para proteger a las águilas cuaresmeras y la palma de cera en temporada de Semana Mayor

Las águilas cuaresmeras, procedentes de Estados Unidos y Canadá, « ingresan por el Cañón de las Hermosas (municipio de Chaparral) y posterior a ello, continúan su vuelo hasta llegar al Cañón del Combeima (municipio de Ibagué), para descansar y seguir su recorrido cruzando la cordillera de los Andes, por los departamentos de Caldas y Quindio […]», indica la información que entregó Cortolima.

Cortolima emprende campaña para proteger a las águilas cuaresmeras y la palma de cera en temporada de Semana Mayor

Vísperas de la Semana Santa las autoridades ambientales del Tolima  han iniciado un trabajo orientado al cuidado, protección y preservación de la palma de cera y de las águilas cuaresmeras, especies de flora y fauna que año a año, durante la temporada de la celebración religiosa, se ven amenazadas por la acción depredadora del hombre.

La tarea emprendida por la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima),  inició con un taller de sensibilización dictado por la entidad ambiental a personal de la Policía Metropolitana  que ilustró sobre la acción ilícita de los cazadores durante el paso migratorio de las águilas cuaresmeras, y la indebida comercialización de la palma de cera durante las celebraciones de la Semana Mayor, en las que los «fines religiosos» son los que justifican equivocadamente tanto la cacería como la comercialización de las citadas especies.   

Las águilas cuaresmeras, procedentes de Estados Unidos y Canadá, « ingresan por el Cañón de las Hermosas (municipio de Chaparral) y posterior a ello, continúan su vuelo hasta llegar al Cañón del Combeima (municipio de Ibagué), para descansar y seguir su recorrido cruzando la cordillera de los Andes, por los departamentos de Caldas y Quindio […]», indica la información que entregó Cortolima.

Es allí, en el Cañón del Combeima, a donde durante los meses de marzo y abril llegan para reposar, que los cazadores aprovechan para capturarlas y luego comercializar su carne, la que por no ser roja, y según algunos, «tener sabor a pescado» y «propiedades afrodisiacas» y hasta medicinales, resulta apetecida para consumir durante la temporada de la Semana Mayor, celebración religiosa en la que aún muchas personas mantienen la tradición de no comer carne roja, especialmente los días Jueves y Viernes Santo. 

Lo que tiene que ver con la palma de cera utilizada para la celebración del domingo de ramos, la entidad ambiental ha enfatizado en que esta «constituye un hábitat para muchas formas de vida, frecuentemente especies en riesgo de extinción».

Dentro de esas especies se ha mencionado «Los pichones de Loro Orejiamarillo […] que nacen en vísperas del domingo de ramos y anidan en las 7 especies de palma de cera identificadas en Colombia […]».

En el Tolima, según la autoridad ambiental, la palma de cera se encuentra en localidades como «Roncesvalles, Ibagué, Cajamarca y Santa Isabel».

Al explicar por qué esta planta no debe ser utilizada,  Cortolima asegura que se encuentra  «en la categoría Vulnerable (VU) de acuerdo a la International Unión for Conservation of Nature IUCN y en peligro (EN) según el Instituto Alexander Van Humboldt, dado que en los últimos años ha presentado una disminución poblacional drástica por los procesos de deforestación de su hábitat nativo».

Para mantener la tradición religiosa sin tener que sacrificar la existencia de la palma de cera, la Corporación en años anteriores ha entregado a los feligreses plantas como el ocobo y la palma de areca.

Fuente: Cortolima