Educación
El Colegio Andrés Bello de Girardot termina con éxito ciclo de cineforos en sus sesenta años de fundado
PUBLIRREPORTAJE

Como suele suceder con todas las manifestaciones del arte, el cine tiene su propia historia, que, según algunos críticos, puede comenzar desde las imágenes proyectadas sobre la pared de la que habla Platón en el mito de la caverna, y hace parte del libro La República.
Ese antecedente, que puede significar miles de años, pasa inadvertido hoy, cuando en pleno siglo XXI, el interés principal habla del tipo de película preferida, su género, los records de taquilla registrados, nominaciones al Óscar, o incluso los actores de reparto.
Pero el cine, con todos sus encantos fabulosos y avances tecnológicos que ha experimentado gracias a las mentes inquietas de quienes lo han sublimado, ha permitido el nacimiento de un hermano menor que toma fuerza cuando de disertaciones, discusiones, debates y academia se trata. Hablo puntualmente del cineforo.
Como herramienta metodológica ha sido bienvenida en la academia, reconociendo en él la posibilidad de dialogar crítica y analíticamente alrededor de un tema central. Y sin que esto represente una camisa de fuerza obligada, sí es menester, entonces, que el filme sea rico en mensajes, en donde no importa la cantidad de ellos, sino lo que puedan enriquecer brindando interesantes puntos de reflexión.
El Colegio Andrés Bello de Girardot, en sus primeros sesenta años de existencia, liderado por su rectora Cristina Benavides Conde, ha sorprendido favorablemente a la comunidad estudiantil y a padres de familia con la idea de programar cineforos en los que padres e hijos se integran propiciando espacios para la autorreflexión, análisis y aprendizaje, alrededor de temas cotidianos que se presentan en cualquier familia.
Así lo concibe el profesor de filosofía, lengua castellana y sociales, Julián Guillermo Chacón Lozano, precursor de la idea: “Como el colegio está cumpliendo sesenta años, se quería hacer algo novedoso que se pudiese discutir aquí dentro de la misma institución. Ese es el fundamento del cineforo; tratar de llevar películas que le sirvan a toda la familia, y tratar de que quede algo para pensar, discutir, y que muchas veces apoya la convivencia en el hogar y deja algo de pensamiento útil”.
La primera película presentada fue “Una bolsa de canicas”, dirigida por Christian Duguay, género drama. Narra la tortuosa historia de una familia durante el Holocausto Nazi.
De ella, José Felipe Coria, crítico de cine, dijo: «Duguay dirige su mejor película, precisa, inspirada. “Un saco de canicas” es una destacada crónica del heroísmo cotidiano de dos niños con inquebrantable voluntad para aferrase a la vida […]”.
Posteriormente se proyectó el filme, “En busca de un milagro”, dirigido por Michael McGowan. El tema principal es el esfuerzo de un niño que, en busca de recuperar parte de su familia, corre tras un milagro: la maratón de Boston. Casi se podría decir que una de las últimas frases de la película logra resumir la intención del escritor: “Si no perseguimos milagros, ¿cuál sería el caso?”.
El ciclo se cerró el 24 de julio con la cinta, “Un mundo a su medida”. En medio de dramas salpicados con fino humor, se narra la historia de dos niños que llevan a cuestas, por razones diferentes, el rechazo y la exclusión por parte de sus compañeros de clase. Pero la amistad es la aliada perfecta que los convierte en triunfadores.
Como la aceptación por parte de la comunidad andresbellista fue mayor de lo que se esperaba, las directivas planean seriamente en institucionalizar los cineforos como otra herramienta cultural del colegio, realizando “al menos dos o tres cines foros en el año o al menos uno por periodo”, como lo indica el licenciado Chacón.
De esta manera el Colegio Andrés Bello fortalece el concepto de construcción de ciudad, buscando acercar desde todos los ángulos a la familia, pilar fundamental de la sociedad.
En una frase, comprometidos con el Ser y el saber.